MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
El Banco de España ha advertido de que la dificultad existente para obtener información sobre las fintech puede afectar a la estabilidad financiera, en la medida en que limita la capacidad de los reguladores y de los participantes del mercado de evaluar los riesgos para esta y para el desarrollo económico de forma exacta y a tiempo.
El supervisor ha puesto sobre la mesa esta preocupación, compartida por numerosas jurisdicciones, en el documento ocasional ‘Las empresas fintech: panorama, retos e iniciativas’ publicado este miércoles.
Las autoras del documento, Carmen Sánchez y Jara Quintanero, explican que las empresas fintech han proliferado desde 2010, enfocándose a menudo en segmentos específicos como pagos, crédito o gestión de patrimonios y transformando el ecosistema financiero en muchas jurisdicciones.
Aunque de momento el sector fintech presenta una dimensión muy reducida en comparación con el tamaño del conjunto del sector financiero, el informe señala que el alcance simultáneo en varias actividades de la cadena de valor del sistema financiero, el elevado ritmo de crecimiento y la globalización aconsejan un seguimiento continuo.
En este sentido, el Banco de España apunta al problema de que existe una falta de información estadística adecuada y armonizada sobre fintech, lo que limita la capacidad de los reguladoresy de los participantes del mercado de evaluar los riesgos para la estabilidad financiera y el desarrollo económico de forma exacta y a tiempo.
Esto es consecuencia, principalmente, de que algunas de las actividades que desarrollan las fintech quedan fuera de las competencias reguladoras de los bancos centrales y no se reportan. Además, al ser empresas transfronterizas, no están sujetas a las exigencias de suministrar información a una única jurisdicción.
Estas brechas existentes en los datos tienen implicaciones para las funciones que desempeñan los bancos centrales en varios niveles. Por un lado, el Banco de España señala que los datos de las fintech pueden afectar a la capacidad de análisis de los mecanismos de transmisión de la política monetaria y a las estadísticas de pagos con nuevos medios, como las monedas digitales.
Asimismo, avisa de que la existencia de brechas en la información también puede afectar a la estabilidad financiera, ya que, si los bancos centrales no tienen el control del tamaño del sector fintech, de sus interrelaciones con el resto del sistema financiero y de su actividad crediticia, “no podrán disponer de una imagen fiel de los niveles de endeudamiento de la economía ni evaluar con consistencia el riesgo financiero”. “La información sobre este sector es clave para poder analizar el riesgo de contagio, el riesgo sistémico y las medidas de test de estrés”, sostiene.
Por otro lado, el informe resalta la importancia para el correcto ejercicio de las funciones de supervisión, vigilancia y regulación de la información y los datos sobre innovación y nuevos participantes, así como de la desagregación de los papeles dentro de la cadena de valor en relación con los sistemas de pagos e infraestructuras de mercado.
En cuarto lugar, como las jurisdicciones no tienen registros oficiales de las fintech (con algunas excepciones) y continuamente surgen categorías nuevas, resulta complicado alcanzar una taxonomía consensuada de las fintech para los manuales metodológicos de las cuentas nacionales y de la balanza de pagos, explican las autoras del informe.
En este escenario, desde el Banco de España apuntan a la necesidad de una mayor coordinación entre las autoridades competentes para el desarrollo de iniciativas que permitan conocer mejor estos retos, tanto a nivel nacional como transfronterizo.
“Se hace necesario el desarrollo de medidas encaminadas a reducir esa carencia de información por parte de los bancos centrales, para lo que resulta conveniente mantener una estrecha colaboración con la industria, así como con otras autoridades. Dicha cooperación es fundamental para poder mitigar los riesgos y desafíos que toda innovación conlleva y propiciar el desarrollo de regulaciones flexibles, programas e iniciativas que permitan un fortalecimiento del sistema, para lograr a su vez un equilibrio entre regulación, innovación y protección de los consumidores”, concluye el documento.