MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
El Banco Central de Brasil volverá a recortar los tipos de interés en 50 puntos básicos en las próximas reuniones de política monetaria, al considerar que ese ritmo es “adecuado” para mantener la política monetaria contractiva necesaria para el proceso desinflacionario.
Así lo han adelantado de forma unánime los miembros del comité de política monetaria de la entidad en su última reunión del año, según se desprende del acta del encuentro divulgada este martes, en la que se explica los motivos para reducir la cifra al 11,75% desde el 12,25% en el que se encontraba anteriormente.
Este ritmo conjuga, según ha señalado, el compromiso “firme” con el reanclaje de las expectativas y la dinámica desinflacionaria y, al mismo tiempo, el ajuste en el nivel de endurecimiento monetario en términos reales ante la dinámica más benigna de la inflación anticipada.
El comité considera que ha habido un progreso desinflacionario significativo, en línea con lo que había anticipado, pero aún queda “un largo camino por recorrer” para anclar las expectativas y llevar la inflación nuevamente al objetivo. Por este motivo, ha hecho un llamamiento a la serenidad y la moderación en el conducción de la política monetaria.
En el horizonte “relevante”, el banco todavía ve necesario mantener una política monetaria aún contractiva para consolidar la convergencia de la inflación al objetivo y el anclaje de las expectativas.
En este sentido, la extensión del ciclo en el tiempo dependerá de la dinámica inflacionaria, especialmente de los componentes más sensibles a la política monetaria, y de la actividad económica.
ESCENARIO MENOS ADVERSO
En su análisis del escenario internacional y local, el Banco Central de Brasil ha apuntado que el entorno sigue siendo volátil, pero menos adverso que en la reunión anterior, con el riesgo a la baja.
La cautela seguirá marcando la actuación de la entidad, prestando atención a algunos riesgos que se avecinan como el impacto económico que puede tener el fenómeno climático de El Niño. Además, la resiliencia mayor de lo esperado de la inflación de servicios y la mayor persistencia de las presiones inflacionarias globales figuran también como motivo de preocupación.
“La inflación al consumidor sigue la trayectoria esperada de desinflación y destaca su composición benigna”, ha sostenido el banco. Con todo, se ha mostrado preocupado por las expectativas de inflación, que están “sin anclaje” y requieren una acción “firme”.
Por otro lado, el banco ha lanzado un mensaje al Gobierno por la falta de compromiso con las reformas estructurales y la disciplina fiscal, el aumento del otorgamiento de créditos para fines específicos y las incertidumbres sobre la estabilización de la deuda pública, que tienen el potencial de elevar los tipos de interés, con efectos perjudiciales.