España continuará refinanciando sus vencimientos a tipos inferiores al promedio del total de su deuda
MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
La senda de normalización de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) revertirá la asequibilidad de la deuda y contribuirá a reducir el espacio fiscal de los países de la zona euro y, en particular, en los casos de España, Portugal e Italia, según la agencia Moody’s.
El cambio en las expectativas de política monetaria como resultado de la elevada inflación ha provocado un aumento en los costes de financiación en toda la zona del euro, pero especialmente en estos tres países, revistiendo así parcialmente la mejora en los indicadores de asequibilidad de la deuda que comenzó tras la crisis financiera mundial.
Sin embargo, a pesar de este cambio de tendencia y siempre que los países mantengan la confianza de los inversores y el BCE no se vea obligado a aumentar rápidamente las tasas, Moody’s considera que “tomará tiempo para que las tasas de interés más altas se transmitan a vencimientos más altos”, mientras que un crecimiento económico saludable debería garantizar un desapalancamiento continuo.
La calificadora de riesgos destaca que las estrategias eficaces de gestión de la deuda en España y Portugal desde 2012 reducirán cualquier traspaso significativo a los pagos de intereses. De hecho, los países del sur de Europa continúan refinanciando sus vencimientos a tipos inferiores al coste promedio de su deuda, aunque los valores ligados a la inflación en España e Italia provocarán un deterioro en los indicadores de asequibilidad tan pronto como este año.
En este sentido, recuerda que el vencimiento medio de la deuda de los gobiernos del sur de Europa es de entre siete y ocho años, lo que asegura durante mucho tiempo los ventajosos costes de financiación que acompañaron al QE.
En los casos de Portugal y España, los países lograron ampliar con éxito el vencimiento de su deuda desde 2013 en 1,9 y 2,5 años, respectivamente, mientras que Italia ha mantenido un vencimiento medio en torno a los siete años, no muy diferente al de 2010.
“Hasta el momento, los tres países continúan emitiendo por debajo del coste promedio de su deuda, lo que significa que continúan refinanciando vencimientos a tasas más bajas”, destaca Moody’s, que advierte, sin embargo, de que este diferencial se está reduciendo y seguirá disminuyendo durante algún tiempo debido al cambio en el entorno de la política monetaria.
“Según estimaciones oficiales, cada aumento de 1 punto porcentual en la inflación añade 1.800 millones de euros (0,1% del PIB) en costes de intereses para Italia y 600 millones de euros para España (0,05% del PIB)”, explica la agencia.
Por otro lado, advierte de que el fin de las compras de activos del BCE supondrá un cambio gradual en la composición de los tenedores de deuda pública hacia un mayor peso del sector privado, más sensible al riesgo.
De este modo, si bien el aumento de los diferenciales puede ayudar a atraer inversores, los países estarán más expuestos a “riesgos idiosincrásicos que pueden asustar a los inversores”.
Asimismo, Moody’s considera que el aumento de los costes de financiamiento no retrasará materialmente la reducción de la deuda, aunque sí reducirá el espacio fiscal disponible.
“El crecimiento nominal relativamente fuerte debido a las grandes entradas de fondos de la UE y el aumento de la inflación compensarán el aumento de los costes de los intereses y respaldarán una disminución sostenida de la carga de la deuda”, según Moody’s.
En cualquier caso, la agencia advierte de que un aumento de las tasas de interés más rápido de lo esperado o un crecimiento más débil de lo previsto “podría descarrilar la reducción de la deuda” porque los países del sur de Europa probablemente seguirán teniendo déficits primarios y, en este contexto, su capacidad para proporcionar apoyo adicionala la economía sin aumentar la deuda sería más limitada.