El 92% de las entidades financieras ha asegurado que incorpora aspectos sociales en su análisis ESG (criterios sostenibles, sociales y buena gobernanza), de las que un 33% la valora como de importancia alta y el 44% como muy alta, en tanto que solo un 27% declara no darle más importancia a este criterio después de la pandemia.
Así lo concluye el informe La dimensión social de la inversión sostenible, elaborado por Spainsif. El 78% de los encuestados destaca la importancia de los criterios sociales en la integración ASG a la hora de aplicarlos en las estrategias de inversión sostenible. Le siguen las exclusiones, señaladas por el 68%, el ‘best-in-class’ y el ‘engagement’, destacadas ambas por el 62%.
Las temáticas más evitadas por las entidades encuestadas son las inversiones en bombas racimo y minas antipersona, con un 79% de las respuestas, seguidas de las armas de destrucción masiva, con el 67% y la producción y el comercio de armas, con el 21%.
Asimismo, un 43% de las entidades tampoco invierte en tabaco, seguidas por actividades que no respetan los derechos humanos y empresas relacionadas con el juego, con el 36% y el 31%, respectivamente.
En lo que respecta a las exclusiones aplicadas a los Estados, el 21% evita aquellos que incumplen los tratados de no proliferación, seguido por un 17% que no invierte en dictaduras. El 12% no apuesta por los Estados considerados “corruptos” y el 5%, por aquellos en los que aún está vigente la pena de muerte.
Spainsif destaca en el informe que se aprecia un aumento de las inversiones destinadas a educación, igualdad de género, inclusión, alimentación sostenible, capital humano o salud.
En cuanto a productos, el 23% de los encuestados ha desarrollado o planea desarrollar productos relacionados con los fondos de recuperación post Covid-19.
Al ser preguntadas por los ODS más relevantes en su proceso de selección de activos, las entidades encuestadas destacan el número nueve, relacionado con la industria, la innovación y las infraestructuras, seguido por el tres, de salud y bienestar, y el siete, de energía asequible y no contaminante.
La estrategia de ‘screening’ basado en las normas es una de las más utilizadas por las entidades participantes en este estudio.
La mayor parte de las 42 entidades que han participado ha explicado que utilizan guías para la elaboración de sus memorias de sostenibilidad, entre las que destacan las indicaciones de los Principios de Inversión Sostenible (PRI), entre otras metodologías.
Asimismo, el 36% solicita este tipo de informaciones a la empresas en las que invierten, siendo la guía más solicitada la Sustainability Accounting Standards Board (SASB), utilizada por el 47%, en tanto que la Global Reporting Initiative (GRI), con un 40%.
La falta de información por parte de las empresas es la mayor dificultad de las entidades financieras a la hora de incorporar los aspectos sociales al análisis de sus carteras, así como la falta de indicadores y métricas estandarizadas.