MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
El 89,3% de las aseguradoras consideran criterios ESG (medioambientales, sociales y de buena gobernanza) a la hora de configurar sus carteras de inversión, y siete de cada diez cree que hay suficientes activos que cumplen con dichos criterios.
Según un informe ‘Inversiones de las entidades aseguradoras: Retos post Covid-19’ elaborado por Icea y Amundi, la crisis derivada de la pandemia ha hecho que dos de cada diez entidades hayan decidido acelerar la incorporación de activos con criterios ESG en la cartera, mientras que ninguna entidad se ha planteado paralizar o reducir la inversión en este tipo de activos.
No obstante, seis de cada diez opinan que es necesaria una taxonomía más clara para garantizar que los activos elegidos responden a los criterios y/o necesidades de la entidad y evitar el ‘greenwashing’.
Otro de los efectos de la pandemia en las aseguradoras es la “modificación estructural” que se ha visto obligado a hacer e 29,3% de estas entidades, al incrementar los niveles de liquidez y aumentar la exposición a renta fija corporativa y renta variable.
Además, la crisis ha provocado que dos de cada tres entidades consultadas hayan adoptado medidas de prevención y/o intensificado los mecanismos de control sobre las inversiones para estar mejor preparados en sucesivas crisis.
AMUNDI ESPERA EL PICO DE CRECIMIENTO EN EL SEGUNDO SEMESTRE
Amundi espera que el pico de crecimiento se produzca en la segunda mitad de 2021, destacando el elevado ahorro extra de los hogares que podría desatar la demanda contenida e impulsar el consumo.
“La recuperación económica se encuentra estrechamente vinculada a la reapertura de las economías, y en concreto, a la campaña de vacunación, que resulta decisiva y marcará el ritmo de salida de la recesión”, ha señalado el director de Inversiones de Amundi Iberia, Víctor de la Morena.
Entre los principales riesgos, De la Morena ha destacado las tensiones geopolíticas, el exceso de confianza, las expectativas de inflación, los ‘defaults’ corporativos y errores de política fiscal o monetaria.
Asimismo, el miembro del área de Investigación de Icea, Miguel Ángel Rodríguez, ha destacado que, ante la actual coyuntura de tipos de interés bajos, el factor estructural más determinante que explicaría los bajos tipos de interés actuales es el envejecimiento de la población.
“Este fenómeno demográfico se traduce en una reducción del crecimiento del PIB potencial, derivado de la pérdida de fuerza laboral y de productividad asociada a la edad. En consecuencia y, previsiblemente, el periodo de bajos tipos de interés pasará cuando la demografía se recupere”, ha asegurado.