MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
La mayor penetración de la Inteligencia Artificial (IA) en los procesos empresariales se consolida como motor de eficiencia empresarial y un 56% de las compañías ya han adoptado esta tecnología en, al menos, una función, según datos del informe ‘El Estado de Inteligencia Artificial 2021’, realizado por McKinsey, en el que también se afirma que dos tercios de las compañías mantendrán las inversiones en IA durante los próximos tres años (66%).
McKinsey ha presentado las conclusiones de la nueva edición de su informe global, apoyado en una encuesta a un total de 1.843 participantes representantes de toda la gama de regiones, industrias, tamaños de empresas, especialidades funcionales y cargos. Este estudio pone sobre la mesa el potencial de la IA como herramienta de control de costes y detecta que esta tecnología está cada vez más integrada en los procesos internos.
El 56% de encuestados afirma haber adoptado Inteligencia Artificial en al menos una función, frente al 50% de 2020. No solo se adoptan más prácticas y más complejas, sino que utilizan las herramientas de manera más eficiente y sacan cada vez mayor partido de los recursos en la nube, tal y como señalan los expertos de la consultora.
Este año, el uso de IA se incrementa más en las compañías radicadas en países de economías emergentes (de 45% en el 2020 a 57% en 2021) que en los de economías desarrolladas. A su vez, se incrementa en cinco puntos porcentuales la proporción de encuestados que atribuye al menos un 5% de sus beneficios (EBIT) a la IA, del 22 al 27%.
LA IMPORTANCIA EN LA REDUCCIÓN DE COSTES
Mientras la percepción acerca de la contribución de la IA a la mejora de ingresos se mantiene estable, en el último análisis se le atribuye un papel en la reducción de costes mucho más significativo. Para casi todas las áreas analizadas, la mayoría de los encuestados afirman que el uso de IA ha permitido reducir los costes en más del 20%.
“Resulta lógico que la aplicación de herramientas de IA implique un efecto directo importante de reducción de costes en el primer año, que podría mitigarse en años posteriores si el ritmo de implantación no continúa”, señala el informe. En este sentido, dos tercios de los encuestados han señalado la intención de sus compañías de mantener las inversiones en IA durante los próximos tres años.
Además, las empresas que ven el mayor impacto en los resultados de la adopción de la Inteligencia Artificial son más propensas a seguir las mejores prácticas de la IA tanto básicas como avanzadas, incluyendo Operaciones de Machine Learning (MLOps); trasladar su trabajo de IA a la nube; y gastar en IA de manera más eficiente y eficaz que sus pares.
En el caso de las herramientas básicas, la mayor diferencia entre los dos grupos de empresas (las que usan mucho la IA y las que la usan menos) se produce con respecto a la existencia de un marco claro para la gobernanza de la IA que abarque el proceso de desarrollo de modelos. Esta es una práctica que adoptan el 38% de los encuestados en empresas de alto uso de la IA, respecto a solo el 20% en el caso del resto de empresas.
RIESGOS EN LA APLICACIÓN DE LA IA
Por otra parte, el estudio recuerda también que el desarrollo y uso de herramientas de IA no está exento de riesgos que las compañías deben trabajar para mitigar. El mayor riesgo percibido sigue siendo la ciberseguridad, aunque escalan puestos respecto del año pasado la igualdad y la justicia. Destaca también la diferencia entre la relevancia que las economías avanzadas atribuyen a los riesgos asociados al cumplimiento normativo o a la explicabilidad de los modelos, frente a las economías emergentes.
Estas, por su parte, atribuyen una relevancia más alta que las avanzadas a los riesgos asociados al desplazamiento de trabajadores. Los encuestados señalan la necesidad de priorizar entre los riesgos que atienden, dada la falta de capacidad para atenderlos todos. Sin embargo, en las economías avanzadas consideran que esperan a que la ley empiece a exigir la prevención de dichos riesgos para llevarla a cabo.
Por último, en cuanto a la capacitación de los profesionales, el informe detecta alguna carencia, como es el hecho de que solo el 14% de las empresas menos avanzadas cuente con un centro de formación práctica dedicado al desarrollo de habilidades de IA en el personal no técnico, algo que “pone de manifiesto el carácter mayoritariamente finalista con el que se inician las empresas en estas inversiones”.