MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
El 34% de las empresas en España ha dejado de ser solventes a causa de la Covd-19, pero siguen operando gracias a la prolongación de las principales medidas de apoyo estatal, según señala la aseguradora de crédito Coface en su último barómetro de riesgo sectorial y país.
El documento apunta a que la salud financiera de las empresas se ha deteriorado significativamente en 2020, lo que podría repercutir en un aumento de las insolvencias.
Según la firma, en 2020, las insolvencias deberían haber aumentado un 19% en España, un 7% en Italia y un 6% en Francia y Alemania. A nivel europeo, se estima el número de insolvencias ocultas en el 44% de las registradas en Francia en 2019, el 39% para Italia y el 21% para Alemania.
Si las principales restricciones a la movilidad se levantan después del verano, el estudio prevé que esto se acompañe del cese gradual de las medidas de apoyo a las empresas, lo que podría provocar un aumento del desempleo. Además, también ve probable que el aumento de la deuda corporativa, permitido por los préstamos de garantía estatal, limite la capacidad de inversión de las empresas.
A pesar de ello, la economía global crecerá un 5,1% en 2021, gracias al avance en Estados Unidos, según las estimaciones realizadas por la aseguradora de crédito Coface en su último barómetro de riesgo sectorial y país.
El estudio refleja que el panorama macroeconómico se ha vuelto heterogéneo como consecuencia de la incertidumbre derivada de la propagación del Covid-19 y apunta a los procesos de vacunación como claves para la recuperación económica. En este contexto, las perspectivas de regreso a la normalidad son diferentes e inciertas para todos los sectores geográficos y de actividad.
Coface estima que la recuperación económica tomará impulso a partir del verano de 2021, cuando una gran proporción de la población de Estados Unidos y Europa esté vacunada. Sin embargo, existe el riesgo de que el proceso de vacunación se retrase, debido, en gran medida, a las limitaciones de suministro de los fabricantes, derivadas de la escasez de ciertos componentes y de las restricciones de exportación.
Además de Estados Unidos, distintos sectores de la economía mundial, principalmente industria y comercio, podrían recuperar su nivel de actividad anterior a la crisis este verano.
Sin embargo, otros sectores, el sector servicios, y especialmente aquellos que implican contacto físico con los clientes, y en las economías europeas, tendrán más dificultades. La recuperación también se ve obstaculizada en algunas de las principales economías emergentes debido al aumento de la inflación, que está obligando a los bancos centrales a endurecer su política monetaria.
La firma considera además que es improbable que el PIB de la zona euro vuelva a cifras pre-crisis antes de 2022.