SEVILLA, 5 (EUROPA PRESS)
El presidente de Abengoa, Clemente Fernández, ha supeditado la salvación de la multinacional, exclusivamente, a la inyección de fondos privados. “La solución que pretenden buscar las administraciones públicas ya la tenemos con financiación privada. Lo otro sería muy complejo y sería irse al largo plazo”.
Así lo ha expresado en declaraciones a Canal Sur Radio en las que el presidente de la compañía ha insistido en la idea de que la empresa “necesita con urgencia la entrada de dinero nuevo”. En este sentido, la financiación privada es una “opción diferente, inmediata y que no necesita aprobación de nadie, salvo el juez”.
Fernández ha defendido la oferta presentada por la dirección procedente de un fondo de capital consistente en 200 millones en circulante y 300 millones en avales –“aunque si fuera necesario incrementar esas cantidades, se haría”– y que abarca a “todas las unidades de negocio”, por lo que permite “garantizar carga de trabajo”.
El presidente de Abengoa ha recordado que sería un juez “quien decida” al respecto de la oferta. “Los acreedores tienen para votar hasta el 1 de septiembre, y si aceptan el convenio, se pondría en marcha la financiación privada. En cualquier caso, para salvar a Abengoa hacen falta esos fondos”, ha insistido, al tiempo que ha destacado que la entrada de dinero público en una empresa en concurso de liquidación es “compleja”.
Por último, Fernández ha subrayado que si la citada oferta privada se acepta, “la entrada de dinero puede estar en septiembre” y ha querido dejar claro que seguirá siendo presidente “hasta que la resolución sea firme”, en relación a la decisión del juez del Tribunal de Instancia Mercantil encargado del proceso concursal de abrir la fase de liquidación y la disolución de la matriz histórica de Abengoa.
El Gobierno y la Junta de Andalucía acordaron este lunes “acotar” la red de alrededor de 300 filiales de la multinacional Abengoa susceptibles de ser salvadas, algo que pasará necesariamente por que tengan actividad de negocio y carga de trabajo. La operación en cualquier caso requerirá del aval de Bruselas, según ambas administraciones, cuyos trabajos arrancan este martes con una mesa técnica de trabajo que debe analizar el plan de viabilidad que presente la multinacional para salvarse de la quiebra.