La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, ha avisado de la necesidad de asegurar un adecuado ritmo de absorción de los fondos europeos y un diseño que garantice la efectividad de los proyectos para poder desplegar su potencial transformador.
Durante su intervención inaugural en el desayuno informativo Madrid Network ‘Arrancando motores 2022. Retos económicos y tecnológicos’, la subgobernadora ha apuntado que la digitalización plantea desafíos de adaptación sobre individuos, empresas y gobiernos. “Esto suele conllevar largos periodos de cambio estructural, tanto más largos cuanto más nos resistamos a dichos cambios”, ha señalado.
En este sentido, Delgado ha reconocido que las empresas españolas parten de una posición “quizá menos positiva” que en otras economías, al estar el ecosistema dominado por compañías de pequeño tamaño, que invierten poco en innovación.
Para mejorar esto, la subgobernadora ha incidido en la importancia de aprovechar los recursos procedentes del programa ‘Next Generation Europe’ como palanca para impulsar el proceso de adaptación a la transformación digital y facilitar así la transición.
Delgado ha destacado que la magnitud de los recursos que se van a movilizar convierte al programa en “un condicionante de primer orden de la evolución económica no solo durante 2022, sino a medio plazo”. La pata digital del programa acapara casi un tercio de los recursos totales, unos 20.500 millones de euros, distribuidos en iniciativas de fomento de la digitalización que abarcan al mundo de la empresa y las Administraciones Públicas.
“El elevado potencial transformador del plan es innegable. Sin embargo, para que se produzca el pleno despliegue de este potencial, es crucial asegurar un adecuado ritmo de absorción de sus fondos y un diseño que garantice la efectividad de los proyectos que se acometan, así como el acompañamiento de reformas estructurales ambiciosas que apuntalen su impacto sobre la actividad y el empleo”, ha avisado.
La subgobernadora ha insistido así en que, ante los cambios que se avecinan, las empresas españolas tendrán que competir en un entorno “más digital, más interconectado y más cambiante”. “El uso estratégico de los fondos europeos será clave para aumentar la productividad y resiliencia de nuestro tejido empresarial y situarnos así en una mejor posición, para aumentar la riqueza y bienestar de nuestra sociedad”, ha sostenido.