MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha recomendado a los gobiernos europeos que aprueben un mecanismo conjunto de estabilización fiscal de carácter permanente para atajar las consecuencias de futuras crisis, evitando así la parálisis de tener que realizar acuerdos políticos entre los Veintisiete en cada ocasión.
“Resulta crucial que la Unión Económica y Monetaria se dote de un mecanismo permanente de estabilización fiscal que permita afrontar futuras crisis sin la necesidad de acuerdos políticos ‘ad hoc'”, ha subrayado el gobernador durante su intervención en un acto organizado por la Universidad Autónoma de Madrid.
En este sentido, De Cos ha agregado que los fondos europeos aprobados para hacer frente a la crisis generada por el Covid-19 pueden ser “un buen embrión” de ese mecanismo permanente.
Aparte de este mecanismo conjunto, De Cos ha recomendado a los gobiernos de la zona euro que mantenga una política fiscal con un “tono muy expansivo”, además de centrarse “donde puedan ser más efectivos”. Esta receta se debe a que la senda de recuperación “se encuentra sujeta a un nivel elevado de incertidumbre y que está siendo parcial, desigual y frágil”. También ha instado a apoyar a las empresas no financieras, para “aliviar” los problemas de sobreendeudamiento de aquellas firmas “viables”.
El discurso también ha prestado especial atención en la política monetaria que ha llevado a cabo el Banco Central Europeo (BCE) durante esta crisis. Como gobernador del Banco de España, De Cos forma parte del Consejo de Gobierno del BCE, que es el organismo encargado de decidir la política monetaria a aplicar.
De Cos ha subrayado que las políticas empleadas por el BCE durante esta crisis, operaciones de liquidez y compras de activos, ya han demostrado su eficacia y están teniendo un impacto positivo del producto interior bruto (PIB) del área del euro.
En lo que respecta a la revisión de la estrategia de política monetaria que está llevando a cabo el BCE en estos momentos, De Cos ha considerado “deseable” establecer un objetivo de inflación del 2%, interpretado de forma simétrica.
“Ello tendría la triple ventaja de clarificar el objetivo numérico, elevarlo respecto del actual (…), dotando así de más espacio a nuestra política de tipo de interés y eliminar por completo la posible percepción de asimetría en la formulación actual”, ha afirmado. En la actualidad, el objetivo de inflación del BCE es cerca, pero por debajo, del 2%.
Además, dados los buenos resultados del programa de compras extraordinarias por la pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés), De Cos ha considerado conveniente que el BCE tenga instrumentos flexibles “de forma permanente” para “evitar la reaparición de dinámicas de fragmentación” en la zona euro.