MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
El Pleno del Congreso ha celebrado este martes un nuevo debate acerca de la derogación de la reforma laboral de 2012, entre críticas al PP por aferrarse a ella nueve años después, pero también dudas sobre la intención real del Gobierno para derogarla.
Todo ello en una moción consecuencia de la interpelación urgente dirigida a la vicepresidenta de Trabajo, Yolanda Díaz, en la que los ‘populares’ exigían no derogar la reforma de Mariano Rajoy y Fátima Báñez, sino introducir mejoras, prorrogar durante todo el año los ERTE y mejoras en la gestión del SEPE.
Dos reivindicaciones, estas dos últimas, aceptadas por gran parte del arco parlamentario, que en todo caso ha afeado al PP su defensa de esta reforma, incluso de formaciones que han respaldado en otras ocasiones sus propuestas económicas.
Es el caso de Ciudadanos –“No hay que derogar la reforma laboral, pero no podemos conformarnos con lo que tenemos”, ha dicho María Muñoz– y Vox, cuyo diputado Juan José Aizcorbe ha ironizado con el debate de “si son galgos o podencos” y ha espetado que “el objetivo no puede ser únicamente defender una reforma laboral”.
¿NO IBA A SER LO PRIMERO QUE IBA A HACER SÁNCHEZ?, PREGUNTAN
Genis Boadella, del PDeCAT, ha pedido “hacer balance” de la norma para introducir cambios y ha recordado al PP que, de prometer su derogación, tras tres años con Pedro Sánchez en el Gobierno, aún sigue vigente y sólo hay un compromiso de acabar con sus “aspectos más lesivos”: “Tampoco hay que temer de que esto vaya a suceder”, ha dicho.
Por UPN, Carlos García Adanero, ha recordado que el propio Sánchez dijo que “lo primero que iba a hacer” al llegar a Moncloa era derogarla: “Si tienen votos y voluntad, ¿por qué no lo hacen? Porque saben que es una barbaridad y lo único que crea empleo”, ha dicho.
Para el PNV, el debate “suena a polémicas estériles, viejas y repetidas”, tanto la defensa de la reforma como “el anuncio de la derogación”, tal y como ha dicho Iñigo Barandiaran, mientras que Néstor Rego (BNG) ha recordado el compromiso del Gobierno a la derogación, aún pendiente.
“SOLO QUIEREN DEROGARLO PORQUE LLEVA LA FIRMA DEL PP”
En su defensa de la iniciativa, Diego Movellán (PP) ha reivindicado la continuidad de ua normativca que “garantiza la flexibilidad” de unas empresas que, ha dicho, “ya no la necesitan para crecer, sino para sobrevivir”.
Asimismo, ha acusado al Gobierno de buscar la derogación de esta reforma “porque lleva la firma del PP”. “No es el momento de derogarla, sino de fortalecerla”, ha apostado, en unas pretensiones respaldadas por Foro Asturias, cuyo diputado Isidro Martínez Oblanca ha llamado a “reconducir las ínfulas derogatorias del Gobierno y de sus socios”.
“HASTA USTEDES SABEN QUE ES DAÑINA”, REPLICA UNIDAS PODEMOS
Frente a ello, el PSOE ha recordado que la reforma fue aprobada “al margen del diálogo social y sin consenso”, y dio lugar a “trabajadores pobres, temporales y precarios”. Además, su diputada Inmaculada Oria ha insistido en que los ERTE no nacen con ella, sino en la reforma del PSOE en 2010 y ha encuadrado como “puro oportunismo y demagogia” que se pida la prórroga de los ERTE cuando el Gobierno da por hecho su continuidad.
Joan Mena, de En Comú Podem, ha instado vaya a cointar bondades a plantas como las de Bosch en Cataluña, amenazadas por el cierre pese a que la multinacional declara beneficios en España. “Eso es posible gracias su reforma laboral”, ha espetado, relatando que su puesta en marcha facilitó los despidos, incrementó los contratos temporales y la rebaja de sueldos. “Hasta ustedes saben que es dañina”, ha dicho.
Por EH-Bildu, Oskar Matute ha afeado al PP que, al presumir de empleo creado tras la reforma, “no se plantean qué tipo de empleo, ni por qué la precariedad no se ha reducido”. Asimismo, ha sostenido que “nunca ha sido menos rígido el mercado laboral”, ya que la reforma acabó con cualquier autoridad laboral que pueda determinar si un despido o ERE es objetivo o no. Así ha concluido, antes de mostrar su apoyo a los trabajadores de Tubacex, afectados precisamente por un expediente e inmersos en una campaña de movilizaciones para frenarlos.