MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
El presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), José Manuel Campa, se ha mostrado a favor de permitir que los bancos asuman ciertos riesgos, aunque implique la caída de algunos bancos, pero que haya herramientas para conseguir que esa caída “no sea dramática”.
“Necesitamos permitir que los bancos quiebren, pero que lo hagan de una manera que no sea dramática. En la Unión Europea elegimos una solución que no implica costes para el contribuyente y debería haber alguna salida” en caso de que un banco quiebre, ha sostenido en una mesa redonda sobre estabilidad financiera organizada dentro de la Conferencia Internacional de Banca 2023 de Banco Santander.
Así, ha defendido una postura en la que la regulación combine seguridad y confianza con agilidad y competitividad. Además, ha hecho referencia al Fondo Único de Resolución, un fondo de emergencia que puede utilizarse en tiempos de crisis y financiado en exclusiva por el sector bancario. “La cuestión es usarlo para dejar que quiebren. Para que se pueda ser más proactivo, para una destrucción creativa”, ha defendido.
Sobre las turbulencias financieras registradas la pasada primavera, Campa ha señalado que la quiebra de Silicon Valley Bank “cogió por sorpresa” al sector, lo que demuestra que la crisis del sistema financiero “puede venir de donde menos se espera”. Sin embargo, ha señalado que las lecciones aprendidas tras este episodio se refieren a la falta de gestión de los riesgos, la intensidad de la supervisión y el impacto de los nuevos desarrollos tecnológicos.
Por último, en su discurso ante la audiencia que ha asistido a la conferencia, Campa se ha centrado en la transición ‘verde’, una de las principales prioridades de la agenda política europea, y en el papel que la banca puede jugar en ella como financiadora.
Ha señalado que esta transición es un riesgo que hay que medir, identificar, gestionar y contabilizar, y donde la banca también puede jugar un papel importante al ser especialista en medir riesgos, pero una oportunidad.
“Es una oportunidad importantísima para el sector financiero europeo. Si lo hacemos bien y gestionamos el riesgo correctamente, se nos dará mejor y ganaremos una ventaja competitiva a medio y largo plazo a medida que el riesgo pase de ser europeo a global”, ha defendido.