Dice que los cambios estructurales derivados de digitalización o transición verde “ponen en duda” la capacidad de este indicador
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha abogado por actualizar las herramientas analíticas y desarrollar indicadores más allá del PIB para que se pueda valorar “adecuadamente” el crecimiento potencial de los países y tomar, en base a esto, las “mejores decisiones” de política económica.
“Nuestra concepción del bienestar y la prosperidad está evolucionando y es necesario actualizar nuestras herramientas analíticas para tener en cuentas diferentes variables y calibrar adecuadamente el crecimiento potencial y la resiliencia de una economía”, ha apuntado la vicepresidenta este lunes durante la inauguración del foro de alto nivel ‘Monitoring the recovery: beyond GDP’.
Así, la ministra de Asuntos Económicos ha apostado por desarrollar indicadores y métricas “preparados para el futuro” que reflejen los desafíos actuales y las prioridades políticas y que capten la esencia de un crecimiento inclusivo y sostenible para tomar las “mejores decisiones” a nivel nacional, europeo y mundial.
Ante esto, la vicepresidenta ha remarcado que España está liderando este debate y ha enfatizado que desde el Ejecutivo están “muy interesados” en tener un papel determinante en este diseño de nuevos indicadores.
Calviño ha reunido este lunes a expertos internacionales en el foro de alto nivel ‘Monitoring the recovery: beyond GDP’, en el que se ha reflexionado sobre cómo medir el progreso, el bienestar y la sostenibilidad, ante la necesidad de desarrollar nuevos indicadores económicos.
En el foro también han participado el premio Nobel de Economía Joseph E. Stiglitz, el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, el comisario de Economía de la Comisión Europea, Paolo Gentiloni, o la economista jefe del Banco Mundial, Carmen Reinhart. Además, ha contado con la intervención del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
“Es muy difícil captar con una sola cifra el nivel de riqueza y de vida de un país, los recursos humanos y naturales, sus recursos y capacidad de investigación, el impacto de sus sistema sanitario y educativo, el clima empresarial o el bienestar de sus ciudadanos”, ha indicado la responsable económica del Gobierno.
LIGARLO A CAMBIOS ESTRUCTURALES: DIGITALIZACIÓN Y TRANSICIÓN VERDE
Y es que aunque el Producto Interior Bruto (PIB) ha sido durante décadas el principal indicador utilizado por los economistas para medir la actividad, el crecimiento o los resultados económicos de un país, la vicepresidenta ha señalado que sus límites y deficiencias son “bien conocidos”.
En este sentido, ha indicado que pese a que el PIB se ha consolidado como la principal medida de progreso, los cambios estructurales como los derivados de la digitalización o la transición ecológica “ponen cada vez más en duda la capacidad” de este tipo de métrica tradicional para captar la marcha de la economía y evaluar correctamente el impacto transformador de las agendas verde y digital de las próximas décadas. “Para ello, las estadísticas han de ser repensadas”, ha insistido.
Sobre esto, la titular de Economía ha apuntado que cada vez hay más conciencia sobre la necesidad de incorporar también consideraciones sociales, como la desigualdad, con el objetivo de recoger los elementos “clave” de los resultados económicos del país y de la sostenibilidad a largo plazo.
También se debe revisar, según Calviño, el papel del sector público y el efecto multiplicador de la inversión en servicios públicos esenciales, como la sanidad y la educación (especialmente a la vista del impacto de la pandemia) en los niveles del crecimiento potencial de la economía.