La Comisión Europea calcula que la economía española crecerá un 4,6% en 2021, lo que supone un recorte de 1,6 puntos porcentuales en comparación con la estimación que hizo en julio, mientras que el aumento el nivel de precios al cierre de este año se situará en un 2,8%.
La nueva actualización de las previsiones económicas del Ejecutivo comunitario apuntan también a una expansión del PIB de España del 5,5% en 2022, para después reducir su crecimiento hasta el 4,4% un año después.
Estos datos contrastan con el optimismo del Gobierno, que en su último cuadro macroeconómico contempla una subida del PIB del 6,5% este año y una expansión que alcance el 7% un año después.
Con los cálculos de Bruselas, España será la última de las cuatro grandes economías del euro en recuperar el nivel de PIB anterior a la crisis: no lo hará hasta el primer trimestre de 2023, mientras que Alemania, Francia e Italia lo conseguirán antes de que termine 2022.
Estas previsiones se enmarcan en un escenario de crecimiento de los precios, que se situará en un 2,8% este año por el repunte del gas y la electricidad. Los precios de la energía, argumenta Bruselas, seguirán en “niveles récord” hasta el segundo trimestre de 2022 y a estos suma la presión al alza que ejercerá la actualización de las pensiones con el IPC.
Sin embargo, los servicios económicos del Ejecutivo comunitario consideran que la lentitud en la recuperación del empleo “debería ayudar a contener los salarios y limitar” una espiral de precios al alza. Por ello, prevé una senda descendente de la inflación a partir de este año, hasta el 2,1% en 2022 y el 0,7% 2023.
RIESGOS A LA BAJA
La Comisión Europea destaca que el sector servicios está “finalmente” apoyando la recuperación española y subraya que el consumo privado seguirá siendo “fuerte” gracias el “impulso” del ahorro acumulado durante la pandemia y a la creación de empleo.
Sin embargo, aunque la incertidumbre “se ha reducido significativamente gracias al control de la situación sanitaria a nivel nacional”, el Ejecutivo comunitario advierte de la existencia de “varios riesgos” de cara al futuro.
Entre ellos cita la “persistencia o resurgimiento” de la enfermedad en otros países, que puede afectar al crecimiento económico a través de un menor turismo hacia España. Pero también destaca que los “cuellos de botella” por el lado de la oferta, así como los precios de la energía y el transporte, pueden “retrasar” la recuperación en el corto plazo.
En el lado positivo, la Comisión subraya que el plan de recuperación “ganará tracción” durante los próximos meses, elevando las inversiones tanto públicas como privadas. No obstante, avisa de que los “desajustes” en el mercado laboral pueden tener un efecto negativo sobre las inversiones previstas para las transiciones ecológica y digital.