MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha firmado este jueves una orden ejecutiva para prohibir inversiones estadounidenses en 59 empresas chinas vinculadas al Ejército Popular de Liberación, con lo que se amplía la lista de entidades sancionadas en este contexto.
Se trata de una extensión a una orden impuesta por el expresidente Donald Trump, la 13959 del 12 de noviembre de 2020, y supone la ampliación del alcance de la emergencia nacional respecto a la “amenaza” del “complejo militar-industrial” de China.
Biden ha considerado esta medida “al encontrar que el uso de tecnología de vigilancia china fuera de la República Popular China, así como el desarrollo o uso de tecnología de vigilancia china para facilitar la represión o abusos graves a los Derechos Humanos, constituyen amenazas inusuales y extraordinarias”, ha informado la Casa Blanca en un comunicado.
“Esta orden permite a Estados Unidos a prohibir, de manera selectiva y específica, inversiones estadounidenses en empresas chinas que atenten contra la seguridad o los valores democráticos de Estados Unidos y nuestros aliados”, ha precisado.
De este modo, la lista de empresas prohibidas para la inversión estadounidense pasa de 31 a 59, las cuales han sido enumeradas por el presidente y que, según la Administración Biden, “permiten el desarrollo y la modernización” del Ejército chino.
Mientras la orden firmada este jueves por Biden entrará en vigor el 2 de agosto, en dos meses, la Casa Blanca ha avanzado que la lista se actualizará “según corresponda”, lo que implica que podrían añadirse más entidades.
En la actual lista permanecen empresas de telecomunicaciones importantes en el país asiático, como China Mobile, China Telecommunications y China Unicom, así como Huawei y Hikvision.
Esta actualización de la orden iniciada por la Administración de Trump, llega en un momento de tensiones entre Washington y Pekín, y se vincula a la preocupación de Biden por la represión a la etnia uigur en la región de Xinjiang y a la población en Hong Kong, recuerda ‘The Hill’.
“Esta orden impide que la inversión estadounidense apoye al sector de defensa chino, al tiempo que amplía la capacidad del Gobierno de Estados Unidos para abordar la amenaza de las empresas de tecnología de vigilancia chinas que contribuyen, tanto dentro como fuera de China, a la vigilancia de minorías religiosas o étnicas o facilitan la represión y la abusos de derechos”, ha indicado la Casa Blanca.