Si se dieran flujos nulos de entrada y salida de inmigrantes a partir de 2023, la tasa de actividad caería 4,4 puntos porcentuales hasta 2030
MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
El proceso de envejecimiento en España podría provocar una caída en la tasa de actividad de 2,8 puntos porcentuales adicionales hasta 2030 con respecto a su nivel actual, hasta alcanzar el 55% respecto a su valor actual, según un artículo del Banco de España.
En el estudio también se revela que el envejecimiento poblacional experimentado durante la última década habría tenido un impacto negativo de unos 3,4 puntos porcentuales sobre el nivel de la tasa de actividad en 2022 en España, pasando del 62,1% al 58,7%.
Además, este efecto habría sido heterogéneo por regiones, con mayor intensidad en las comunidades autónomas del Cantábrico y menos acusado en Islas Baleares, Castilla-La Mancha y Extremadura.
Entre los motivos, la participación laboral de los grupos de edad más jóvenes, los que tienen entre 16 y 24 años, y las personas mayores de 55 años explica esta caída en la tasa de actividad.
Así, a medida que las cohortes de población más numerosas –las pertenecientes al ‘baby boom’– llegan a edades cercanas a la jubilación, la tasa de actividad agregada se recorta por un mero efecto composición.
Además, de cara a los próximos años, se prevé un incremento continuado de la tasa de dependencia –definida como la población de 65 años o más sobre el colectivo de entre 15 y 64 años–, hasta situarse en 2030 en el 35,1%, casi 5 puntos más que en 2022.
LOS EXTRANJEROS HABRÍAN CONTRARRESTADO EL IMPACTO
El colectivo extranjero habría contrarrestrado, en parte, el impacto del envejecimiento sobre la actividad en España, dado que este grupo poblacional es, de media, más joven y presenta mayores tasas de participación laboral, según indica la institución.
En concreto, la evolución de la participación laboral de la población extranjera habría contribuido a mitigar el impacto del envejecimiento sobre la tasa agregada de actividad en unos 0,8 puntos porcentuales desde 2012.
Los resultados publicados por el Banco de España muestran que, teniendo en cuenta tanto la población extranjera como la nacional, el mayor efecto contractivo del envejecimiento sobre la participación laboral se habría dado en Asturias, Cantabria y País Vasco, con efectos en el entorno de los 5 puntos porcentuales, dado el mayor peso de la población más de 65 años en estas regiones.
En el lado contrario, entre las comunidades autónomas con menores caídas destacarían Islas Baleares, Castilla la Mancha y Extremadura, que han registrado un menor incremento del peso de la población más envejecida.
Si se considera solo la población nacional en cada comunidad autónoma, la inmigración habría permitido amortiguar el impacto del envejecimiento observado en la última década sobre la tasa de actividad en todas las comunidades autónomas, salvo Andalucía.
Este efecto amortiguador de la inmigración se habría manifestado de manera más notable en Madrid, Cataluña e Islas Baleares, territorios que han registrado en la última década las mayores entradas de inmigrantes en proporción a su población.
De cara a los próximos años, con el continuo envejecimiento de la población española, se prevé un fuerte reemplazo de nacidos en España por extranjeros, que se producirá en los tramos de edades de entre 25 y 54 años o el tramo conocido como ‘prime age’, que se caracteriza por ser el de mayor participación laboral relativa.
Asimismo, desde el Banco de España advierten que si se dieran unos flujos nulos de entrada y salida de inmigrantes a partir de 2023, la tasa de actividad caería 4,4 puntos porcentuales hasta 2030, por lo que el efecto positivo de los flujos migratorios proyectados por el INE se podría cuantificar en 1,6 puntos porcentuales.