MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
El director de Estrategia de Mercados de Banca March, Joan Bonet Majó, ha afirmado este viernes que los riesgos en torno a la guerra en Ucrania tras la invasión rusa son “grandes”, aunque ha considerado que la situación “no está fuera de control” y recomienda “no dejarse llevar por el pánico”.
Durante su análisis sobre las sanciones y consecuencias que se derivan de la invasión de Ucrania, Bonet ha defendido que el ciclo económico que se había iniciado tras la pandemia “no se debe dar por terminado”, si bien ha afirmado que este escenario de guerra supondrá objetivos menos ambiciosos en la rentabilidad de los activos financieros durante los próximos meses.
Ha explicado que, a pesar de que los múltiplos en Europa “se han contraído” y que los riegos “cotizan de una manera importante”, por ejemplo en el mercado de renta variable, esta situación implica que las bolsas no estén “tan caras” como en momentos anteriores.
Así, en la renta variable, se ha producido una “gran caída” para tomar beneficios que suele producirse “cuando los ciclos llevan dos años” y que “suelen asustar”, pero que están “dentro de un orden lógico de caídas”, como las registradas en 2009. En ese año, se llegaron a registrar dos grandes caídas en la renta variable, si bien posteriormente se recuperaron.
Por ello, ha afirmado que los riesgos “son grandes” y “no son para tomárselos a broma”, aunque “no se está en una situación fuera de control” en la que la entidad recomendara “dejarse llevar por el pánico”.
Sin embargo, ha señalado que la recomendación actual de Banca March pasa por sobreponderar la renta variable en Estados Unidos, frente a la europea, ya que el mercado norteamericano “ha tendido a comportarse, en términos de rentabilidad histórica, mucho mejor que la bolsa europea, que está prácticamente en los mismos niveles de hace muchos años”.
Además, Bonet ha afirmado que, “cuando las cosas están mal, Europa cae menos, pero Estados Unidos se recupera más rápido”, por lo que la entidad ha aumentado el peso en Estados Unidos frente a Europa, después de estar durante algo más de un año “neutral” geográficamente entre ambas regiones.
A nivel sectorial, Banca March ha apuntado que, a día de hoy, hay tres sectores “baratos” en todo el mundo: el financiero y los ligados a materias primas y energía. “Por tanto, para navegar esta situación, dentro de nuestra preferencia a largo plazo por tecnología, nuestra preferencia más táctica por salud, y nuestra preferencia por financieras, lo que haríamos sería abordar una situación mucho más mixta que antes, aprovechando los repuntes en los bonos y tener una exposición más equilibrada en general y con un mayor peso en compañías energéticas y de materias primas”, ha afirmado Bonet.
Sobre la renta fija, el directivo ha apuntado que se han producido “movimientos bastante grandes” con un “vaivén bastante fuerte” por lo que ahora la rentabilidad del bono americano vuelve a rozar niveles del 2% y la del ‘bund’ alemán a niveles del 0,25%.
“Nuestra impresión es que, a pesar de toda esta situación, vamos a ver un cierto empinamiento en los plazos largos que va a llevar tiempo, dependerá de la situación en Ucrania, pero con un entorno del 2,5% para la curva americana y del 0,5% para el bono alemán”, ha asegurado Bonet, quien ha indicado la preferencia por la entidad por la renta variable frente a la fija para obtener mejores retornos.
DEPENDENCIA ENERGÉTICA HACIA RUSIA
Bonet ha señalado que algunas de las consecuencias económicas que pueden tener las sanciones impuestas por la Unión Europea, Estados Unidos y Reino Unido pueden ser el ‘default’ de Rusia, es decir, la posibilidad de que no pueda afrontar los pagos de su deuda, así como un corte en el suministro de gas y de petróleo a Europa.
En este sentido, ha señalado que la dependencia de la región europea hacia el gas ruso no sería la misma que tienen países como Estados Unidos o Reino Unido, cuyas exportaciones desde el país euroasiático son menores que las de la Unión Europea (UE).
Así, ha sostenido como “poco probable” que la UE deje de comprar gas a Rusia, si bien también existe la posibilidad de que sea el país el que corte el suministro a Europa. “El peligro real no es que Europa imponga un embargo, es que Rusia dijera en algún momento que deja de exportarnos a nosotros”, ha expresado Bonet.
En este punto, el experto ha recordado la proposición de la Comisión Europea del plan RePowerEU para reducir la dependencia de la región hacia la exportación de combustibles fósiles desde Rusia. “La Comisión se ha marcado como objetivo llegar a un almacenamiento de gas del 90% para el 1 de octubre y, honestamente, esto es un objetivo muy difícil de cumplir y que, en el mejor de los casos, tendrá un enorme coste económico”, ha expuesto.
También ha recordado que Rusia “no ha llegado a cortar nunca el grifo” de suministros, “ni siquiera a lo largo de la Guerra Fría”. “Hacerlo ahora, no solo ahogaría su economía, que ya estaría bastante apretada, sino que no tendría mucho sentido estratégico hacerlo en marzo, casi abordando la primavera porque el impacto sería menor”.
SUBIDA DE TIPOS “TESTIMONIAL”
Sobre las subidas de tipos de los bancos centrales, ha resaltado que el próximo 16 de marzo la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos afrontará la primera subida de tipos del actual ciclo económico, de 25 puntos básicos, y ha apuntado a la posibilidad de que se produzca seis subidas este año y que los tipos se sitúen en torno al 2% a finales de 2023.
En cuanto a una posible subida del Banco Central Europeo (BCE), la ha llevado hasta diciembre de este año y podría estar en torno a los 10 puntos básicos, un incremento “testimonial”.
Así, ha afirmado que los bancos centrales continúan su normalización económica, si bien no ha considerado que vayan a ser “absolutamente insensibles” al desarrollo de la economía y que intentarán “modular muy bien los tiempos intermedios” para aplicar las subidas.
Respecto a la evolución de la inflación, ha señalado que los modelos económicos contemplan shocks económicos por el precio de la energía, pero no incluyen los efectos de ‘segunda ronda’, cuando el alza de los precios se convierte en subidas de salarios que eviten pérdidas de poder adquisitivo pero que, a su vez, siguen alimentando la inflación.
De esta forma, Bonet ha afirmado que la situación “es muy cambiante” y ha insistido en que, a pesar de que el crecimiento “va a ser menor” y que se pueda alargar el conflicto en Ucrania, “todavía hay un gran colchón de crecimiento pasado” y ha calificado como necesaria “más visibilidad” para saber si habrá una recesión.