Piden que administraciones hagan cumplir la Ley de la Cadena Alimentaria y que ciudadanos no compren “gangas” que arruinan a ganaderos
VALLADOLID, 20 (EUROPA PRESS)
Las organizaciones agrarias Asaja y Alianza UPA-COAG han repartido de forma gratuita este viernes en Valladolid 1.500 litros de leche para tratar de concienciar a la población de la situación que soportan los 880 ganaderos de vacuno de leche con los que aún cuenta Castilla y León, obligados a vender su producto “por debajo de los precios de coste”.
Apostados en la céntrica calle Santiago de la capital vallisoletana, representantes de ambas organizaciones han hecho entrega de los envases de leche para pedir a las administraciones que hagan cumplir la Ley de la Cadena Alimentaria y no permita la compra por debajo de los costes de producción.
“El Gobierno no puede estar cruzado de brazos mientras el sector se arruina”, ha sentenciado el presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo, quien ha pedido, además, que la población no acepte “gangas” en los supermercados que “arruinan” a los ganaderos.
“En estos momentos, los ganaderos que esta mañana estaban trabajando ordeñando vacas para que la sociedad pueda desayunar se están arruinando”, ha advertido Dujo, quien ha recordado que la industria está “obligada” por la Ley de la Cadena Alimentaria a pagar por encima de los costes y ha avisado a las cadenas de distribución de que “no pueden utilizar la leche como reclamo para captar clientes”.
Tras recordar que Castilla y León cuenta con 880 ganaderos de vacuno de leche que en el conjunto de España no alcanzan los 12.000, el líder de Asaja ha criticado que el 30 por ciento de la leche y lo productos lácteos consumidos en España sean importados, principalmente Francia.
“No puede ser que un producto y un sector que tenemos aquí se deje arruinar mientras se favorecen los intereses de la industria, la distribución y los ganaderos de terceros países”, ha enfatizado Donaciano Dujo, quien ha reclamado un precio al productor de no menos de 40 céntimos el litro para que pueda cubrir costes –que ha cifrado entre 36 y 37 céntimos por litro– y obtener algún beneficio.
DIFERENCIA DE PRECIOS EN EUROPA
Por último, Dujo se ha preguntado “por qué en la Unión Europea” se puede pagar la leche a “4 ó 5 céntimos más que aquí”. “Si en Francia lo pueden pagar, lo podrá pagar la industria aquí”, ha defendido.
Por su parte, Aurelio González, de UPA, ha advertido de que el día desaparezca el sector ganadero en España y se dependa íntegramente de la leche importada sin competencia nacional, la sociedad será consciente entonces “de lo que cuesta traerlo de fuera”.
En este sentido, ha defendido la pervivencia de la ganadería de leche de vaca como una “garantía” para alimentación de la población en caso de crisis, algo que ha comparado con la situación de Francia, donde son más de 60.000 los pequeños ganaderos que desarrollan su actividad en el país vecino.
Por último, Lorenzo Rivera, de COAG, ha reclamado cambios legales que impidan la fijación de contratos por debajo de costes, la intervención de aquellos donde haya fraude y que a las responsabilidades económicas para quien infrinja la normativa se sumen también responsabilidades penales.
En este sentido, Rivera ha abogado por una norma de ámbito europeo que evite las disparidades en el precio y el “dumping” a los ganaderos españoles, al tiempo que ha cargado contra los proyectos de macrogranjas como el de Noviercas, en la provincia de Soria, que sumaría al mercado 200.000 toneladas más de leche a las 920.000 que produce anualmente Castilla y León, una “aberración medioambiental y económica” que haría “un daño terrible a los ganaderos”. “Por mucha mantequilla que quieran hacer en Soria con esa leche, no se la comerían ni en toda la Unión Europea”, ha ironizado.
El reparto de la leche ha generado largas colas a lo largo de la calle Santiago de personas que querían llevarse su envase gratis, mientras alrededor podían leerse pancartas de denuncia contra la situación que atraviesa el sector y dos niños circulaban en un pequeño tractor eléctrico para reclamar su derecho a poder dedicarse a la ganadería como sus padres y sus abuelos.