MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
La Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier) ha instado a la Administración del Estado, así como a las locales y autonómicas, a que articulen, “con carácter de urgencia”, todas las medidas que sean necesarias para limitar la dimensión de los nuevos proyectos fotovoltaicos y ordenar la distribución territorial de estos proyectos “para avanzar en la necesaria implantación de generación fotovoltaica de una manera más equilibrada”.
En un comunicado, la asociación señala que en España cuentan con inscripción definitiva (2016-2020) 99 grandes instalaciones de generación fotovoltaica. De ellas, 41 instalaciones son de entre 10-50 megavatios (MW), 52 son de 50-100 MW y 6 ‘megainstalaciones’ cuentan con más de 100 MW, en total 5.489 MW; a lo que habría que añadir, en pocos meses, cuatro de la primera categoría ,13 de la segunda y dos de más de 100 MW, que ya cuentan con su inscripción previa, lo que agregaría otros 1.216 MW adicionales en el corto plazo.
Así, advierte de que esta tendencia se acelerará en los años venideros, “en una espiral sin sentido desde el punto de vista de las necesidades energéticas del país”, ya que subraya que si el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) establecía el objetivo de incorporar 26.134 MW de fotovoltaica en el país entre 2021 y 2030, a día de hoy se cuenta ya con una potencia de acceso solicitada de 96.000 MW, 70.641 MW más de todo lo esperado.
El presidente de Anpier, Miguel Ángel Martínez-Aroca, afirmó que “solo el acceso a las economías de escala de sus promotores y las facilidades que están encontrando en nuestro país para ocupar nuestros suelos y redes, les permite la implantación de estos mega desarrollos, cuyos retornos económicos saldrán de nuestro país, provocando la paradoja de que los españoles pagaremos la energía a empresas extranjeras que ofrecen suministro de nuestro propio sol y en nuestro propio territorio”.
Además, la asociación indica que los parques de gran tamaño son menos eficientes, dado que han de transportar la producción, con sus correspondientes pérdidas y costes.
Por ello, considera que la alternativa más adecuada está en el favorecimiento de las “pequeñas” instalaciones -de entre 1 a 10 MW- que ya suponen de 2 a 15 hectáreas de superficie máxima ocupada por proyecto.