Apuesta por culminar la unión bancaria y de capitales
MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
La presidenta y consejera delegada de la Asociación Española de Banca (AEB), Alejandra Kindelán, ha abogado por potenciar el papel de la banca para financiar la autonomía estratégica abierta (AEA).
“Es importante que el sector bancario esté en un debate crítico para Europa como es la Autonomía Estratégica Abierta”, ha sostenido Kindelán durante su intervención en la jornada ‘Resilient EU2030: Una visión estratégica para fortalecer la seguridad económica y el liderazgo global de Europa en esta década’.
En su opinión, para que la AEA sea una realidad y puedan desarrollarse sus ejes de actuación es “fundamental” el sector financiero, ya que la AEA saldrá adelante mediante un esfuerzo público-privado y en la financiación privada “la banca tiene un papel predominante”.
“Para ser competitivos y resilientes lo que necesitamos es aunar todos los esfuerzos y centrar todas las políticas y las acciones a favor del crecimiento económico, que es la garantía del progreso de las sociedades”, ha sostenido la presidenta.
EL CRECIMIENTO COMO GRAN OBJETIVO
Kindelán ha abogado por potenciar el crecimiento porque “solo una potencia puede diseñar y tener autonomía estratégica y solo una UE fuerte garantiza el multilateralismo”.
La autonomía estratégica abierta tiene seis vectores — geopolítico, demográfico, medioambiental, económico, información y valores — y cada uno de ellos consta de tres líneas de actuación, ha explicado Kindelán, quien ha asegurado que todos ellos se alinean en torno a un único “objetivo superior y prioritario” que es el crecimiento.
“Sin crecimiento no habrá peso político, ni capacidad de atraer población, ni recursos para combatir el cambio climático o para lograr la digitalización de la economía”, ha alertado la presidenta de la AEA, quien ha advertido de que sin crecimiento habrá más polarización y no se podrán consolidar ni expandir los valores que están en la base de la UE y que la convierten en “una región de derechos en libertades”.
A su juicio, el crecimiento es tan importante porque “está en juego el espacio de libertad que es la Unión Europea”.
La buena noticia, ha continuado, es que se han identificado las prioridades que deben contribuir a ese crecimiento — la energía, la tecnología y la resiliencia económica– tres dimensiones que, a su juicio, “debieran servir para promover la competitividad de la Unión Europa al reducir los costes energéticos, potenciar el crecimiento y financiar la transformación productiva y social de la región”.
UNIÓN BANCARIA Y DE MERCADOS DE CAPITALES
Kindelán ha considerado que para hacer compatible el ser autónomos y competitivos es necesario “buscar el equilibrio entre la apertura y la autonomía”, para lo que ha abogado por la practicidad.
La presidenta ha abogado por “aunar esfuerzos y buscar normas que favorezcan el crecimiento y el progreso”. Por ello, ha apostado por la unidad de mercado, de la banca y del mercado de capitales.
En el caso de la banca, ha advertido de que pese a que en 2012 se puso en práctica una supervisión unificada bajo la responsabilidad del Banco Central Europeo (BCE) no se completó la unión y cuando surgen turbulencias se valora a los bancos por su nacionalidad y no por su solvencia, lo que “fragmenta el mercado” y debilita las posibilidades del sector de dar financiación limitando la escala del sector.
En su opinión, la unión bancaria “permitiría dar una verdadera dimensión europea a los bancos, lo que reforzaría su capacidad para financiar la AEA”. Por el contrario, su falta “impide tener bancos europeos fuertes ante la competencia americana”.
Por ello, ha abogado por la unión bancaria y un marco regulatorio que favorezca la competitividad del sector alcanzando un equilibrio entre seguridad y competitividad, y ha apostado por completar la unión del mercado de capitales.