MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
El banco privado A&G ha presentado este miércoles sus perspectivas de mercado de cara a 2024, de las que se extrae su apuesta por la renta fija en detrimento de las bolsas y se ha apuntado a la rivalidad entre China y Estados Unidos como el elemento diferencial y estructural que va marcar a los mercados.
En el encuentro con los medios, dirigido por el director general de inversiones de la entidad, Diego Fernández Elices, se ha comentado que “tenemos mayor estabilidad geopolítica”, toda vez que “la sensación es que se ha aparcado lo urgente”, en referencia a episodios como la pandemia o los conflictos bélicos que atraviesan Ucrania e Israel -si bien el componente humano sigue siendo una tragedia, han apuntado-.
Por ello, Fernández ha insistido en apuntar a la rivalidad sino-estadounidense como el elemento que va a marcar a los mercados, en tanto que el mundo atraviesa “no un momento de desglobalización, sino de reglobalización”, en el que se acercarán los puntos de producción, por ejemplo.
En lo referente a la inflación, “la fotografía ha cambiado mucho” y, en ese sentido, ha ahondado en que “algunos de sus factores estructurales no se han eliminado: fuerza laboral y materias primas van a ser escasos en el largo plazo, por lo que sus costes, por tanto, serán caros.
Además, ha incidido en que seguimos en una revolución industrial 2.0 y que hay que tener en cuenta “lo inflacionista del proceso de descarbonización y transición y, de fondo, la Inteligencia Artificial (IA), cuyo potencial es todavía incierto, pero apunta a resolver una de los grandes problemas económicos: la productividad”.
Así, el ejecutivo concluye que el panorama en el que nos hallamos se basa en que “hemos subido un escalón, hemos pasado de tasas de inflación del 0-2% a unas que se mueven entre el 2% y el 4%. Con todo, hay que recordar que “la inflación ya ha caído con mucha fuerza.
En el análisis del recorrido de la inflación, ha apuntado que si miramos a la inflación con luces cortas la guía son los tipos de interés que marcarán la pauta de los mercados, “mercados que quieren ‘noticias malas’, como un mal dato de crecimiento, que apuntale la idea de una política monetaria más laxa.
“Ahora empieza el camino difícil de la inflación”, según Fernández, y vamos a verlo bajar durante mucho tiempo, en tanto que ha aducido que la inflación de la eurozona se mantiene en el 2,9% apesar del desplome de la energía de la energía, lo que apunta a ese nuevo escenario en el que la normalidad de precios oscilará entre el 2 y el 4%.
Ligado a esto, dicha tasa del IPC de la eurozona sigue siendo intolerable para la línea que marcan los bancos centrales, como el BCE en este caso, pero Fernández ha apuntado que su mandato es la estabilidad de precios y que “no hay una sola razón por la que el mundo deje de funcionar si está al 3%”.
De esta manera, ha considerado que al final veremos a unos bancos centrales más laxos a la hora de tolerar esos niveles de inflación.
Siguiendo con los bancos centrales, ha recordado que “todavía no han llegado los efectos de los tipos” y que “antes o después de cada ciclo de endurecimiento, ha habido recesión”, mientras que ha valorado que “no hay nada que nos haga pensar que venga una recesión fuerte, y una suave no tiene porqué ser larga”.
De su lado, al comentar la resistencia de la economías, especialmente la estadounidense, ha apuntado que “todo el mundo se ha equivocado en una cosa: la resistencia del consumidor estadounidense, con algún dato disparado como la creación de empleo en EEUU” a finales de verano.
Asimismo, sobre el escenario de bajadas de tipos, Fernández ha cargado contra “la complacencia del mercado” al proyectar un aterrizaje suave conjugado con una caída de tipos de la Fed de 100 puntos básicos, algo que sólo considera probable en casos muy tasados de recesión grave.
En definitiva, en el apartado macroeconómico, ha rematado en “hemos eliminado la desaceleración fuerte, pero no la desaceleración en sí”, y ha apuntado a cuatro factores que por las que esta vez no será diferente el enfrentarse a una recesión aunque hasta ahora lo haya sido.
Dichas razones se encontrarían en el mercado laboral, que ha estado muy fuerte pero ya desacelera; las refinanciaciones han pospuesto el golpe, pero el coste de la deuda comienza a aumentar para todos; el ahorro generado durante la pandemia ya se ha consumido (sólo le queda a las rentas altas) y al hecho de que la política fiscal expansiva ha ido en contra y ha anulado gran parte del efecto de la política monetaria restrictiva.
PREFERENCIA POR LA RENTA FIJA EN 2024
Desde A&G han apostado de cara a 2024 por la renta fija en detrimento de la renta variable a la vista de que, de acuerdo a la exposición de Fernández, “la prima de riesgo entre el S&P 500 y los bonos ‘BBB’ de buenas compañías están prácticamente igual”.
En ese sentido, sale a la palestra la seguridad de los bonos por su plazo o pago de cupón, mientras que el propio Fernández ha aludido a una estadística elaborada por Pimco acerca de la distribución histórica de retornos en situaciones como la actual, que para 2024 revela una probabilidad de que la renta fija lo haga mejor que la renta variable.
Así, Fernández ha valorado que hay la deuda “parece tremendamente atractiva para haber estado muerte hasta hace poco”, tiene un “margen de seguridad relevante y en el escenario previsto es muy difícil perder dinero”, mientras que a la par ha pronosticado que las esperadas bajadas de tipos para 2024 no van a ser de 100 puntos.
De manera más particular, ha apuntado que en la coyuntura actual prefieren el riesgo de los títulos públicos de gobiernos que los privados de algunas compañías que, aunque no los desprecian, apuntan que no están lo suficientemente pagados en la comparativa rentabilidad-riesgo.
“Si pagan prácticamente lo mismo, preferimos el del gobierno al corporativo”, ha remachado Fernández.
Otra cuestión relevante en la deuda es la duración, y desde la entidad apuntan que estamos en un “momento interesante para coger más duración en los títulos de deuda para captar la rentabilidad que se ofrece ahora”.
En lo referente a los mercados de acciones, Fernández ha insistido en que lo fundamental en este terreno son los beneficios de las compañías y, en ese sentido, esperan que se produzcan revisiones a la baja.
“Los mercados están algo complacientes; tácticamente no toca estar invertido y asumir riesgo”, según el director de inversiones, que matiza que sí puede haber oportunidades de nicho, como la transición energética.
De hecho, ha puesto el ejemplo de la empresa de renovables Orsted, que cayó más de un 20% al cerrar proyectos en Estados Unidos y aprovecharon esa caída desde la firma para incluir el valor en sus carteras.
Por otra parte, en mercados emergentes se declaran neutrales, aunque algo más positivos del lado asiático y de China pese a que mucha gente haya capitulado por su menor crecimiento o burbuja inmobiliaria.
Finalmente, a preguntas de los periodistas, Fernández ha comentado que el español Ibex 35 sigue barato y tiene todavía factores a favor muy relevantes, pero que el sector bancario (de gran peso en el índice) ya está dejando atrás su punto dulce. Así, prefieren la deuda de las compañías del selectivo antes que sus acciones, ha declarado.