MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
El español Javier Garat ha sido reelegido este jueves, por séptimo año consecutivo, presidente de la Coalición Internacional de Asociaciones Pesqueras (ICFA, por sus siglas en inglés), organización de ámbito mundial que defiende los intereses de los empresarios pesqueros en los foros internacionales.
En concreto, Garat, que ostentará el cargo durante un año, ha sido elegido por unanimidad de los 17 miembros que integran esta coalición en representación de asociaciones pesqueras de sendos países.
“Es un orgullo que los miembros de ICFA vuelvan a otorgarme su confianza para defender un sector que, muy contrariamente a lo que algunos se empeñan en difundir, es el primer guardián del medio marino y de unos recursos que son imprescindibles, no solo para asegurar nuestra salud, también para garantizar la alimentación de una población creciente con el menor impacto de huella de carbono”, ha asegurado el directivo español.
La reelección de Garat, secretario general de la Confederación Española de Pesca (Cepesca) y presidente de Europêche, ha tenido lugar durante la reunión mantenida ayer por ICFA en la que, además, se han analizado los principales retos del sector pesquero a escala global de cara a 2022, definido como el ‘super año’ de los océanos y el medioambiente.
Entre los temas abordados figuran los debates en el marco de la Convención sobre Diversidad Biológica (CBD), que tendrá que decidir sobre los nuevos objetivos globales de biodiversidad post-2020 a largo plazo (2050) y los objetivos a corto plazo (2030).
El 2022 puede ser también un año crucial para la aprobación del instrumento jurídico vinculante en el marco de Naciones Unidas sobre la Biodiversidad Biológica más allá de la Jurisdicción Nacional (BBNJ) que, según la patronal mundial, podría tener un “impacto negativo” en las actividades de la pesca en alta mar si no se tiene debidamente en cuenta el trabajo realizado en el seno de las Organizaciones Regionales de Pesca.
En la reunión también se ha analizado el estado de las negociaciones sobre los subsidios a la pesca que se desarrollan en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC), las campañas difamatorias contra el arte de arrastre, los perjudiciales efectos para la flota de la inclusión del marrajo dientuso en el Anexo II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES), el acercamiento de las diferentes regiones a la tecnología ‘blockchain’ aplicada a la trazabilidad de los productos pesqueros y la problemática que supone la contaminación marina por plásticos.
“La pandemia del coronavirus ha demostrado que la actividadpesquera es esencial y, a pesar de ello, nuestra actividad sigue sufriendo una persecución permanente, no solo por parte de las organizaciones conservacionistas, sino también por parte de algunos gobiernos”, ha asegurado Garat.