MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
El responsable global de sostenibilidad de BBVA, Javier Rodríguez Soler, ha afirmado este martes que las economías emergentes “deberían sumarse con fuerza” a la carrera hacia la descarbonización.
Así lo ha expresado durante su intervención en el panel ‘COP Talks’ sobre el impacto de la inversión sostenible en mercados emergentes en el marco de la COP26, que se celebra del 31 de octubre al 12 de noviembre en Glasgow.
Rodríguez Soler ha señalado que existen “dos razones” por las que las economías emergentes deberían hacer este esfuerzo. En primer lugar, y según la ONU, estos países “sufrirán los efectos negativos del cambio climático mucho más que el mundo desarrollado”.
En segundo lugar, estas regiones tienen un “enorme potencial” para proyectos de energías renovables, así como para implantar soluciones basadas en la naturaleza para compensar las emisiones de CO2, lo que podría representar “una gran oportunidad” para su crecimiento y desarrollo.
Ante este escenario, el responsable global de sostenibilidad de BBVA ha destacado que “nos encontramos ante la mayor disrupción empresarial que hemos conocido, que puede generar enormes oportunidades de negocio. Se estima que la inversión necesaria para descarbonizar la economía mundial está en un rango de entre 100 y 150 miles de millones de dólares para el período 2020-2050, lo que representa alrededor del 5% del PIB mundial”.
En cambio, Rodríguez Soler ha explicado que la percepción respecto de las emisiones de carbono en esos países es diferente a la de los desarrollados: “El sentido de urgencia se ve superado por problemas más inmediatos y urgentes como la desigualdad, la salud o la falta de infraestructuras, especialmente ahora después de la pandemia. Debemos conseguir encontrar las mejores intersecciones entre la sostenibilidad y el fomento del desarrollo económico”, ha señalado.
Así, el responsable de sostenibilidad de BBVA ha indicado que la cantidad de inversión necesaria para la transición a la neutralidad de carbono en economías emergentes estaría fuera de su alcance, por lo que ha pedido a las economías desarrolladas que sean “más audaces” en su apoyo financiero a los países en desarrollo, “por el bien del planeta y también para aliviar la brecha de desigualdad”.
Además, ha destacado la importancia de la colaboración público-privada en este proceso. “El sector privado será el que realmente promoverá un cambio significativo. Para ello, necesita que los países emergentes tengan un marco regulatorio estable y seguro”, ha afirmado al respecto.
LA TRANSICIÓN HACIA LA SOSTENIBILIDAD EN BBVA
Rodríguez Soler ha recordado la estrategia de la entidad, que pasa por alcanzar cinco objetivos. En primer lugar, canalizar las finanzas sostenibles a gran escala, doblando el objetivo inicial hasta los 200.000 millones de euros entre 2018 y 2025; a septiembre de 2021, BBVA había canalizado 75.000 millones de euros.
En segundo lugar, la entidad quiere descarbonizar su cartera en línea con el objetivo de emisiones cero para 2020; el tercer objetivo es reducir “drásticamente” el impacto directo (emisiones de alcance 1 y 2; mientras que el cuarto sería convertirse en un “referente en transparencia en sostenibilidad”.
Por último, el banco quiere contribuir con sus grupos de interés a promover la acción colectiva para dar forma al cambio sistémico “necesario”.
EL PAPEL DE LOS MERCADOS VOLUNTARIOS DE CARBONO
Por último, Rodríguez Soler ha subrayado el “importante” papel de los mercados voluntarios de carbono para apoyar flujos de inversión sostenible hacia mercados emergentes. “En BBVA, como miembros del equipo principal del Grupo de Trabajo para la Ampliación de los Mercados Voluntarios de Carbono (Taskforce on Scaling Voluntary Carbon Markets, TSVCM, por sus siglas en inglés), creemos que éstos brindan una clara oportunidad de negocio y son un instrumento complementario en la senda hacia la descarbonización”.
No obstante, el responsable global de sostenibilidad de BBVA ha considerado estos mercados “deben mejorar de forma notable” su funcionamiento, fomentar la liquidez, la transparencia, la estandarización y la solidez, transmitiendo “señales claras” de demanda.