Sánchez reunirá a Calviño y Díaz para limar asperezas y fijar una posición común
La mesa de diálogo social sobre la reforma laboral, en la que hasta ahora sólo figuraba el Ministerio de Trabajo en nombre del Gobierno, inaugurará el próximo miércoles el nuevo formato acordado por el PSOE y Unidas Podemos para dar entrada en esta negociación a otros ministerios.
Tras la crisis en el gobierno de coalición que, según Podemos, provocó la “injerencia” de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, en las negociaciones entre Trabajo y los agentes sociales para modernizar el mercado laboral, el PSOE llegó a un acuerdo con los ‘morados’ que permitirá que los Ministerios de Seguridad Social, Asuntos Económicos, Hacienda y Educación estén también representados en esta mesa.
Este nuevo formato se estrenará el miércoles, día en el que habitualmente se reúne la mesa de diálogo social sobre el mercado laboral.
Pero antes de eso, mañana mismo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reunirá a las vicepresidentas primera y segundo, Nadia Calviño y Yolanda Díaz, respectivamente, y a los ministerios de Hacienda, de Seguridad Social y Educación “para fijar la posición del Gobierno en la mesa de diálogo social, en los términos del acuerdo de gobierno de coalición”, según informó Moncloa la semana pasada.
También mañana martes se reunirán por la tarde, a las 17.00 horas, los secretarios de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey; Economía, Gonzalo García Andrés; Seguridad Social, Israel Arroyo; Hacienda, María José Gualda, así como la secretaria general de Formación Profesional, Clara Sanz, para preparar la reunión con los agentes sociales del día siguiente.
Estos mismos secretarios se reunieron ya el pasado miércoles por la tarde para abordar el desarrollo de los trabajos de la mesa de reforma laboral tras el encuentro que esa misma mañana mantuvieron Trabajo y los agentes sociales en la que fue la última convocatoria con el antiguo formato de negociación.
También forma parte del acuerdo entre PSOE y Podemos que dichos secretarios se vean las caras todos los miércoles por la tarde para analizar el desarrollo de la mesa y coordinar el trabajo de preparación de la siguiente mesa de diálogo.
Esta mesa, que seguirá encabeza por el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, lleva trabajando desde marzo con los sindicatos y la patronal, con la única representación hasta ahora del Ministerio de Trabajo, para pactar un nuevo marco de relaciones laborales que suponga la derogación de la reforma del Gobierno del PP de 2012.
Los mecanismos de coordinación pactados en el seno de la coalición también establecen que, cuando sea necesario por la importancia o complejidad política de los asuntos, se producirán reuniones a nivel de vicepresidentas y ministros, que se celebrarán, con carácter general, inmediatamente antes o después de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, para facilitar la coordinación de agendas.
LOS SINDICATOS ESPERAN QUE SE MANTENGAN LAS PROPUESTAS
Al margen del conflicto entre Díaz y Calviño y una vez solucionado cómo se coordinará el Gobierno en esta mesa, CCOO y UGT esperan que el Ejecutivo no ponga “patas arriba” materias que están ya muy negociadas, como la recuperación de la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa que alteró la reforma del PP en 2012.
La intención de Pedro Sánchez es que el acuerdo para reformar el mercado laboral, con el que se persigue, entre otras cosas, atajar la elevada temporalidad, cuente con el visto bueno de la CEOE y no sólo de los sindicatos.
La patronal quería que en la mesa se sentaran otros ministerios, además del de Trabajo, pero eso no implica que vaya a avalar las medidas que se están negociando en la mesa. De hecho, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, reivindicó esta semana la libertad de su organización para decir que no al acuerdo si es contrario a los intereses empresariales.
CCOO y UGT ven difícil, aunque no imposible, que la mesa logre un acuerdo a tres bandas, que incluya a la CEOE. Consideran que la reforma laboral de 2012 dio mucho poder a las empresas, al que no están dispuestas a renunciar.
Lo cierto es que el Gobierno se ha comprometido con Bruselas, en el marco del Plan de Recuperación, a tener lista esta reforma antes de que finalice el año, por lo que apenas quedan unas semanas para conseguir un acuerdo entre las partes.