MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
El riesgo y el temor de que se produzca una ola de frío extremo este invierno está impulsando los precios del gas pero, aunque el nivel de almacenamiento europeo es más bajo que otros años, “sería suficiente” para hacer frente a uno tan frío como el de 2020, según apunta el Grupo ASE en un análisis de la coyuntura del mercado divulgado este miércoles.
El informe destaca que en las primeras semanas de octubre tanto las temperaturas como las previsiones se mantienen muy suaves y que el suministro nuclear francés, “clave en la oferta energética europea”, está siendo elevado y durante el invierno se mantendrá un 9% por encima de la media de 2016-2020, a lo que se une la previsión de un aumento de la oferta de energía renovable.
“Europa registra desde septiembre la oferta de suministro de gas más baja desde 2016, condicionada por la caída de flujos rusos y las obras de mantenimiento noruego. El aporte noruego espera recuperarse para el invierno, pero la feroz competencia entre Europa y Asia seguirá siendo crucial. Solo unas temperaturas más cálidas frenarían el impacto de la creciente demanda china”, asevera el Grupo ASE.
Por otro lado, el mercado diario de referencia en Europa, el TTF holandés, marcó su máximo histórico el pasado 5 de octubre con 115,95 euros por megavatio hora (MWh)y su precio medio de la primera quincena de este mes se sitúa en 89,65 euros/MWh, un 773% más que hace un año.
REDUCCIÓN DE LA ENERGÍA EÓLICA
El informe recalca que algunas grandes eléctricas han anunciado una retirada de las ofertas de generación de sus tecnologías renovables con el argumento de que la “nueva normativa confisca los beneficios” de las mismas y les hace “entrar en pérdidas”.
De hecho, la segunda subasta de renovables con la nueva metodología celebrada en España este martes no contó con la concurrencia de tres grandes actores como son Iberdrola, Endesa o Acciona, en un momento de discrepancias con el Gobierno a cuenta de la regulación nacional aprobada para frenar la escalada en el precio mayorista de la luz.
Sin embargo, el Grupo ASE indica que la reducción de la producción de energía eólia en España ya se venía dando en los últimos meses y señala que desde junio se ha producido una retirada de la misma en las horas centrales del día, una circunstancia que evita, en cierto modo, que, en determinados momentos y días, se produzca un hundimiento del precio del mercado mayorista.
“La producción eólica media horaria se mantuvo estable en octubre de 2020, incluso creciente en las horas centrales. Pero en octubre de 2021 se reduce”, indica el informe.
DIFICULTADES PARA LA INDUSTRIA
El análisis también apunta la posibilidad de que la actividad económica pueda “estar ralentizándose” tras el fuerte crecimiento de los precios energéticos registrado en primavera, una estimación que se basa en los índices de Consumo de Grupo ASE (Índice ASE CTEI), que monitorizan a más de 900 empresas y que reflejan que “su crecimiento en el tercer trimestre apenas ha alcanzado el 0,86%”, frente al 5,84% que sumó en el trimestre anterior.
“La caída de los precios energéticos de esta crisis vendrá precedida por un descenso de la demanda, por lo que podríamos estar ante una primera señal de agotamiento de esta subida. Otro factor clave será la climatología, que puede mejorar o empeorar la situación”, subraya el informe.
Los analistas también hacen hincapié en que las grandes eléctricas están cancelando contratos con coberturas antes de su vencimiento, mientras que los pequeños comercializadores no pueden ofertar precios estables porque tienen que cubrir “enormes garantías” dada la magnitud de la escalada.
Por otro lado, opinan que está por ver el efecto de las subastas que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico quiere “obligar”, según ASE, a realizar a las grandes eléctricas sobre el 25% de su generación renovable.
En ese sentido, destacan que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ya advirtió en un informe de la escasa oferta que existe en España de coberturas a largo plazo para la industria en comparación con otros países y recalcan que señalaba a las grandes eléctricas, “que utilizan su generación y su posición de dominio para cubrir las posiciones de sus comercializadoras”.
“La industria está abocada a trasladar sus mayores costes energéticos al precio de sus productos finales, con el riesgo de perder competitividad. Aunque este efecto es global”, matizan los analistas de ASE.