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Según apuntan desde Bloomberg, el BCE está estudiando un nuevo programa de compra de bonos para cuando finalice el PEPP en febrero de 2022 en el que las compras podrían ser selectivas, lo que beneficiaría previsiblemente a la deuda periférica.
Por su parte, Rusia se ofrece a incrementar sus exportaciones para aliviar la crisis del gas en Europa, un mercado donde ayer vimos un comportamiento caótico (fortísimas alzas que se han moderado con esta oferta).
El plan reemplazaría la herramienta de crisis existente y complementaría un antiguo esquema de flexibilización cuantitativa abierto que actualmente está adquiriendo 20.000 millones de euros en deuda cada mes, según apuntaron los funcionarios, que pidieron no ser identificados porque las discusiones son confidenciales.
Según el plan, las compras se realizarían de forma selectiva, algo que eludiría una regla que se aplica a los dos programas existentes que requiere que los bancos centrales compren deuda en relación con el tamaño de la economía de cada país.