El Banco Central Europeo (BCE) ha revisado al alza sus proyecciones macroeconómicas con respecto al conjunto de la eurozona debido a la marcha mejor de lo esperado de la economía en los meses anteriores, según ha informado este jueves la presidenta de la su presidenta, Christine Lagarde, durante la rueda de prensa posterior a la reunión de política monetaria del organismo.
La estimación del producto interior bruto (PIB) se ha incrementado en cuatro décimas, por lo que ahora el BCE estima que la eurozona crezca un 5% este año. Para 2022, la previsión se ha revisado a la baja en una décima, hasta el 4,6%, mientras que para 2023 se ha mantenido sin cambios en el 2,1%.
Pese a esta mejora a corto plazo, Lagarde ha alertado que la expansión de la variante delta del virus fuera de Europa “podría ralentizar la recuperación del comercio mundial y la apertura completa de la economía”.
Con respecto a la inflación, el BCE estima que cerrará 2021 en el 2,2%, tres décimas por encima de su previsión de junio. Asimismo, para 2022 ha revisado en dos décimas el incremento de precios hasta el 1,7%. La actualización para 2023 ha sido de una décima, del 1,4% al 1,5%.
“Esperamos que el actual incremento de la inflación sea en gran medida temporal y las presiones subyacentes en los precios se están acumulando muy lentamente”, ha indicado. Lagarde ha avisado que los precios crecerán más en otoño, pero se ralentizarán en el conjunto de 2022.
Según la presidenta del BCE, el incremento temporal de la inflación se debe al incremento de los precios del crudo, las ventas atrasadas de verano y varios incrementos temporales debido a los problemas de la cadena de suministros, que está provocando falta de oferta.