Los últimos datos revelan que las firmas británicas tienen un millón de puestos vacantes que no logran cubrir. El resultado es una lucha entre las empresas por conseguir a los perfiles que necesitan ofreciendo mejores condiciones, que normalmente suponen mejores salarios.
Una escasez de trabajadores que está desatando una lucha sin precedentes para contratar personal necesario, en un momento en el que la economía reabre y la demanda crece con fuerza.
Los ingresos medios en los tres meses hasta junio han crecido un 8,8% respecto al año anterior, un nuevo récord, según ha señalado este martes la Oficina de Estadísticas Nacionales. Si bien la cifra refleja en parte las distorsiones creadas por la pandemia, las presiones salariales subyacentes también se están acelerando.
El repunte subraya la magnitud de la recuperación que se está produciendo tras la depresión económica más profunda en 300 años. Aunque el Banco de Inglaterra espera que las tensiones en el mercado laboral sean temporales, los responsables políticos advirtieron este mes que cumplir con la meta de inflación del 2% requerirá una modesta retirada de los estímulos monetarios.
Escasez de trabajadores
“Esta escasez es un problema a largo plazo que es anterior a la pandemia”, asegura Neil Carberry, director ejecutivo de la Confederación de Reclutamiento y Empleo. “Las empresas deben darse cuenta de que no se van a desvanecer simplemente”.
Estas cifras que a largo plazo pueden generar problemas son hoy un estímulo para el ministro de Hacienda, Rishi Sunak, que busca reducir el impacto de la pandemia en las finanzas públicas reduciendo el número de parados y de personas con algún tipo de reducción de jornada causada por la pandemia.
“Nuestro plan de empleo es trabajar, salvar los puestos de trabajo de las personas y hacer que las personas vuelvan a trabajar”, asegura Sunak en un comunicado el martes. “Todavía podría haber obstáculos en el camino, pero los datos son prometedores”.
“El rápido cambio en el mercado laboral no mostró signos de perder ritmo en junio. Pero la verdadera prueba vendrá cuando el gobierno retire su programa particular para sostener el empleo (similar a los Erte de España) a finales de septiembre. Esto será fundamental para los próximos pasos del Banco de Inglaterra, ya que está buscando el momento adecuado para ajustar su política”, explica Dan Hanson, de Bloomberg Economics.
El crecimiento salarial se ha visto sesgado al alza (efecto base) por los descensos del año anterior y los efectos de composición causados causados por los recortes de empleo. No obstante, excluyendo esos factores, el ONS calcula que el crecimiento de los salarios se sitúa entre el 4,9% y el 6,3%. Mientras que si se excluyen las bonificaciones, la cifra se estima entre el 3,5% y el 4,9%.
Presión sobre la inflación
Al Banco de Inglaterra le preocupa que las crecientes presiones salariales se trasladen a la inflación, que superó el objetivo tanto en mayo como en junio. El Comité de Política Monetaria espera que los precios al consumidor aumenten hasta un 4% a finales de este año antes de caer hacia la meta del 2% en 2023.
“Si bien las campanas de alarma aún no están sonando, es probable que el comité de política monetaria esté atento a dónde van los aumentos salariales a partir de aquí”, explica Martin Beck, asesor económico senior del EY ITEM Club, un grupo experto en previsiones económicas.
La tasa general de desempleo cayó al 4,7% en el segundo trimestre, la más baja desde el verano de 2020 después del primer confinamiento de la pandemia. Se prevé que esa cifra aumente cuando finalicen los subsidios salariales para los trabajadores en ‘Ertes’ el 30 de septiembre.
Por otro lado, el número de puestos vacantes aumentó en 290.000, o un 44%, hasta las 953.000 entre mayo y julio, muy por encima del nivel de febrero de 2020. Las artes, el entretenimiento y la recreación registraron el crecimiento trimestral más fuerte. Las cifras provisionales muestran que las vacantes solo en julio aumentaron 50.000 a un récord de 1,03 millones.