Ve conveniente reconsiderar el papel de las instituciones fiscales independientes a escala europea frente a las nacionales
El Banco de España ha señalado la necesidad “de un cambio de paradigma” en el diseño del marco de política fiscal de la Unión Europea y considera que se debe incorporar una gobernanza mejorada de las reglas fiscales, que deberían ser “más simples, operativas y creíbles que las actuales”.
“El hecho de que el marco europeo de reglas fiscales se encuentre en suspenso, por la aplicación de la cláusula general de salvaguarda, y que no haya una fecha fija de vuelta a la normalidad, abre una ventana de oportunidad para la reforma”, insiste el Banco de España en el Documento Ocasional ‘La reforma del marco de gobernanza de la política fiscal de la Unión en un nuevo entorno macroeconómico’.
Además, cree que se deberían incluir elementos “supranacionales” de compartición de riesgos que permitan un funcionamiento adecuado del ‘policy-mix’ entre las políticas monetaria y fiscal, con una visión conjunta del área del euro.
No obstante, ha advertido de que existen varios retos que condicionan, en la situación actual, cualquier proceso de reforma. Entre ellos, señala que las anclas de deuda de medio plazo deben ajustarse a las expectativas de medio y largo plazo acerca de los tipos de interés y el crecimiento potencial.
Además, avisa de que las economías pueden seguir viéndose sujetas a “perturbaciones muy intensas”, lo que conlleva la necesidad de recuperar los márgenes de maniobra de la política fiscal en el medio plazo.
ACOMPAÑARLOS DE REFORMAS ESTRUCTURALES NACIONALES
Las principales propuestas del Banco de España inciden en la simplificación de las reglas para dotarlas de mayor transparencia y flexibilidad, así como en la incorporación de nuevos instrumentos supranacionales de compartición de riesgos en la UEM, en particular para facilitar la absorción de perturbaciones de elevada intensidad.
También insiste en que los elementos fiscales deben venir acompañados de actuaciones adicionales, tanto nacionales (reformas estructurales) como supranacionales (completar la unión bancaria y avanzar en la unión del mercado de capitales).
Sobre el contexto para impulsar los cambios, el Banco de España apunta a que se están evidenciando o consolidando tendencias estructurales como la digitalización, la globalización, el cambio climático o el envejecimiento poblacional, que afectan a los tipos de interés naturales y al crecimiento potencial. “El nuevo contexto macroeconómico global y la experiencia de los 25 últimos años aconsejan un cambio de paradigma en el diseño del marco de gobernanza”, incide.
Asimismo, remarca que las anclas de medio plazo deben ajustarse al entorno de tipos de interés y crecimiento potencial vigente en cada momento, ya que las economías se pueden seguir viendo sujetas a perturbaciones muy intensas, por lo que insiste en que se deben desarrollar “mecanismos realistas” de absorción de los desequilibrios fiscales existentes.
Esto último, no obstante, debe considerar la necesidad de recuperar los márgenes de maniobra de la política fiscal en el medio plazo, lo que lleva aparejada la aplicación de un marco “prudente, transparente y creíble” de política fiscal.
EL PAPEL DE LAS INSTITUCIONES FISCALES INDEPENDIENTES
En el documento, el Banco de España también expone la conveniencia de reconsiderar el papel de las instituciones fiscales independientes a escala europea frente a las nacionales.
Según argumenta, en un marco en el que los elementos supranacionales adquirieran mayor importancia, resultaría conveniente reforzar el papel de las instituciones fiscales nacionales, primera línea de control de los gobiernos nacionales, así como su coordinación con instituciones similares a escala europea.
SUCESIVOS AJUSTES DEL MARCO ORIGINAL DE GOBERNANZA
Las lagunas identificadas por el Banco de España en el marco de gobernanza se han puesto en evidencia a lo largo de los quince últimos años, según ha advertido el organismo que encabeza Pablo Hernández de Cos.
La crisis financiera global, la posterior crisis del área del euro y la más reciente del Covid-19 han puesto a prueba el marco de gobernanza de la política fiscal de la UEM, y han llevado a sucesivos ajustes de este, para cubrir, “de manera parcial, las carencias que presentaba”, subraya el Banco de España.
Con carácter general, constata que la capacidad de absorción de riesgos por parte de los presupuestos nacionales de los países más vulnerables “se ha visto sobrepasada por las perturbaciones recientes”.
En el caso de la crisis más reciente, la sanitaria del Covid-19, la situación ha llevado al diseño de instrumentos fiscales, temporales, de carácter centralizado, lo que ha supuesto un cierto cambio de paradigma.
Así, indica que las transferencias en el marco de los fondos europeos, ligadas a la incidencia de la crisis, suponen cierta compartición de riesgos, aunque los retardos en su implementación, la naturaleza estructural de los gastos y su temporalidad suponen que no se pueda considerar un mecanismo de estabilización cíclica.
Sin embargo, afirma que la financiación mediante la emisión de deuda conjunta, aunque está previsto que se reembolse en un plazo dilatado de tiempo, en un contexto de condiciones monetarias relajadas, constituye un “ensayo de respuesta común fiscal de la unión monetaria” a grandes perturbaciones agregadas.