MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
La multinacional europea especializada en tratamientos antihumedad Murprotec ha advertido de que las humedades en las edificaciones no son exclusivas de las estaciones frías y pueden manifestarse en verano.
En una nota de prensa, señala que cuando un edificio padece humedades de carácter estructural “éstas no desaparecerán en verano” y, aunque puede notarse menos debido a la falta de precipitaciones o a la mejor ventilación de las estancias, permanecen porque “se trata de una patología crónica, y no se irán hasta que no se erradiquen de manera eficaz”.
Según su experiencia, cualquier inmueble puede padecer los tres tipos de humedades estructurales en esta época del año –capilaridad, filtraciones laterales y condensación–, aunque esta última es menos frecuente en estas fechas.
En ese sentido, explica que las humedades por capilaridad aparecen cuando el terreno absorbe la mucha o poca humedad freática del terreno, como si fuera una esponja. Este fenómeno provoca humedades que pueden llegar al metro y medio de altura y conllevan degradación cerámica de los revestimientos de manera continua.
Por su parte, las humedades por filtraciones laterales aparecen bajo cota ‘0’, como garajes, sótanos o huecos de ascensor, entre otros, y aparecen cuando el agua presente al otro lado de un muro penetra dentro del edificio a través de la pared de forma lateral. Asimismo, la condensación se genera cuando se produce un excesivo nivel de vapor de agua en el ambiente.
Los efectos más visibles de estas humedades son hongos y mohos en esquinas y paredes, así como empañamiento de ventanas y todo tipo de cerramientos, un fenómeno que se da más en invierno.
Murprotec recuerda que, al primer signo de humedades, se debe llamar a un especialista para que valore el problema y se pueda solucionar cuanto antes. Además, tratar las humedades en verano permitirá tener las viviendas acondicionadas antes de la llegada de la época fría.
De la misma forma, la compañía señala que muchos de los problemas de humedad que aparecen en otoño tienen su origen en los meses de verano porque en verano se tiende “a descuidar más” la preocupación por las patologías estructurales.
A su juicio, ésta puede ser una buena época para, antes de marcharse de vacaciones, revisar altos de armarios, despensas y habitaciones vacías y controlar garajes y trasteros. También recomienda dejar, si es posible, algún punto de ventilación.
Por otro lado, en las segundas viviendas se recomienda comprobar el estado de los suministros y las tuberías de fontanería, localizar malos olores y habitaciones frías, revisar posible humedad en textiles del hogar y controlar garajes, sótanos y trasteros.