MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
El Banco de España estima que en torno al 70% de la fuerte subida de los precios mayoristas de la electricidad en el primer semestre se debe al encarecimiento de los derechos de emisión de CO2 y de los precios del gas, materia que emplean las centrales de ciclo combinado.
A su vez, la institución atribuye cerca de un tercio del aumento del IPC interanual armonizado de España en el primer semestre al mayor coste de la electricidad, impacto muy superior al registrado en el área euro y en sus principales economías, donde la evolución de los precios mayoristas de la electricidad ha sido similar a la española.
Según el Banco de España, la explicación de estas diferencias podría estar en el sistema de fijación de los precios minoristas de la electricidad en otros mercados europeos con respecto a la metodología española.
Tras recordar que los precios mayoristas de la electricidad casi se duplicaron en el primer semestre, el Banco de España atribuye cerca de un 20% de este incremento al encarecimiento observado en el mismo periodo en los precios de los derechos de emisión de CO2, cuyo efecto repercute directamente en los costes de generación de la energía eléctrica a través de tecnologías que hacen uso de combustibles fósiles.
No obstante, la institución subraya que la mayor parte de la subida de los precios mayoristas de la electricidad, aproximadamente la mitad, se debe al aumento de los precios del gas en el mismo periodo. Tomando como referencia el índice del precio de esta materia prima en el mercado ibérico, el encarecimiento del gas se habría traducido en un repunte de alrededor de 20,9 euros/MWh en el precio mayorista de la electricidad entre diciembre de 2020 y junio de 2021.
“El encarecimiento de los permisos de emisión de CO2 explicaría una quinta parte del incremento (de los precios mayoristas de la electricidad), mientras que los mayores precios del gas representarían la mitad de éste, en concreto, 19,6 y 50,3 puntos porcentuales, respectivamente”, señala el organismo en un artículo en el que analiza el papel de los derechos de emisión de CO2 y de los precios del gas en el repunte de los precios de la electricidad entre diciembre de 2020 y junio de 2021.
Adicionalmente, recuerda la entidad, las empresas suelen trasladar, en mayor o menor medida, al precio ofertado en el mercado mayorista el impuesto sobre el valor de la producción de la energía eléctrica, que grava con un 7% el valor de la generación de todas las centrales. Dado el aumento de la base imponible, el Banco de España calcula que hasta 6,9 puntos del incremento de los precios de la electricidad en el primer semestre podrían explicarse por el impacto de este gravamen.
UN PRECIO “SINGULARMENTE ELEVADO”
En su análisis, el organismo que gobierna Pablo Hernández de Cos explica que los precios más bajos son los que ofertan las centrales nucleares, las hidráulicas, las eólicas y las solares, mientras que los precios más elevados y que, por tanto, satisfacen la demanda residual, son los que ofertan las centrales hidráulicas regulables y las centrales térmicas basadas en combustibles fósiles.
“A pesar del fuerte incremento de la generación a través de fuentes renovables, sigue siendo necesario recurrir frecuentemente a las centrales térmicas de combustibles fósiles, por lo que estos generadores suelen ejercer una cierta presión al alza sobre el precio de casación del mercado”, señala.
A lo largo de 2019 y principios de 2020, el precio mayorista de la electricidad presentó una tendencia decreciente por el aumento de la generación con fuentes de energía renovables y, en parte, por el abaratamiento del gas.
El Banco de España señala que la pandemia conllevó de manera transitoria descensos adicionales de los precios, aunque éstos se recuperaron rápidamente, “posiblemente por la incidencia relativamente reducida de la crisis sobre las ramas industriales, muy intensivas en energía eléctrica”.
Con el inicio de 2021, la llegada de la borrasca Filomena impulsó de forma transitoria los precios mayoristas de la electricidad hasta niveles muy elevados, aunque en febrero, recuerda la institución, “se produjo una rápida reversión como consecuencia de una alta generación por parte de las centrales hidroeléctricas y de la vigencia de condiciones atmosféricas que favorecieron un aumento de la producción de las centrales eólicas”.
Ahora bien, el Banco de España advierte de que, en comparación con los patrones históricos, “el precio medio de la electricidad entre abril y junio de este año ha sido singularmente elevado”.
“Habitualmente, la energía eléctrica suele abaratarse en los meses de primavera como resultado de la confluencia de distintos factores. Por el lado de la oferta, la producción de las centrales hidráulicas es mayor en esa época del año, ya que también lo es el volumen de agua almacenada en los embalses. Además, la demanda tiende a disminuir en este período por razones estacionales”, sostiene.
Así, a su juicio, el “atípico” encarecimiento de la electricidad en la primavera de este año obedece, en gran parte, a la presión al alza que la tecnología de ciclos combinados está ejerciendo sobre los precios diarios de casación.
Por un lado, explica, ello se debe, a su vez, al incremento significativo del precio del gas, materia prima utilizada por estas centrales para la generación de energía, lo que, en parte, estaría relacionado con el aumento de la demanda asiática de este hidrocarburo.
Pero, además, por otro lado, el Banco de España afirma que el aumento del precio de los derechos de emisión de gases de efecto invernadero que lleva aparejada la generación de electricidad en las centrales de ciclo combinado ha repercutido “notablemente” sobre los precios de producción con esta tecnología.
Todo ello habría repercutido sobre los precios del mercado minorista, de modo que el encarecimiento de la electricidad en los seis primeros meses del año habría contribuido en casi un 30% al repunte de tres puntos porcentuales de la inflación general.
MAYOR VOLATILIDAD EN EL PRECIO FINAL DE LA ELECTRICIDAD
Según la institución, España muestra “una volatilidad más elevada” que las principales economías del área del euro en el precio final de la electricidad soportado por el consumidor doméstico.
“Parece existir una cierta tensión entre el nivel de precios soportado por el consumidor y la incertidumbre respecto a la volatilidad de dicho precio”, apunta la entidad, que añade que, aunque las tarifas planas eliminarían la incertidumbre respecto a posibles cambios en los precios, incorporarían una prima por la eliminación del riesgo que se reflejaría en precios más elevados.
Por el contrario, explica, las tarifas dinámicas ofrecen precios más reducidos a cambio de traspasar al consumidor la volatilidad del precio final a pagar.