MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
América Latina necesita acelerar la digitalización de sus infraestructuras para no quedar rezagada tras la crisis de coronavirus, según un nuevo informe del banco de desarrollo de América Latina (CAF).
El documento apunta que de producirse esta digitalización, en los próximos años la región podrá evolucionar hacia sectores de infraestructura digitalizados, lo que permitirá ofrecer mejores servicios a la ciudadanía y reducir las brechas de desarrollo actuales, que siguen frustrando las aspiraciones de alcanzar mayores niveles de empleo.
El organismo multilateral señala que los cambios tecnológicos que se avecinan “tienen el potencial de revolucionar los sectores de infraestructura”.
“Por ello, es necesario que gobiernos y sector privado de América Latina implementen intervenciones para una rápida adaptación y un aprovechamiento de los beneficios que ofrecen las nuevas tecnologías y reducir brechas de servicios existentes”, apunta el informe en su tesis principal.
Entre los principales cuellos de botella para dicha digitalización, destacan la adaptación de las regulaciones a los nuevos formatos y usos tecnológicos, como la gestión de los datos o la convergencia entre sectores. En este sentido, las nuevas tecnologías establecen nuevos roles o actividades para agentes ya existentes en el mercado o plantean una redistribución de las actividades.
En la energía eléctrica, por ejemplo, los beneficios de la red eléctrica inteligente serían mejor aprovechados con una separación de la distribución y la comercialización, según el estudio. Por el lado del transporte urbano, la digitalización puede generar camvios en la forma de movilizar a las personas, así como los cobros por viajes y la integración tarifaria entre sistemas y medios de transporte.
Por otra parte, el texto repasa el poder de actuación de la digitalización en materia de bioseguridad, que se ha visto afectada con la expansión del coronavirus, especialmente en medios cerrados como vehículos de transporte colectivos.
Por último, CAF subraya que la infraestructura digital no solo tiene el potencial de contribuir al crecimiento de la economía y la competitividad de las empresas, la integración del espacio nacional y regional y la diversificación del tejido productivo, sino que también ayuda a la inclusión social y la protección del medio ambiente, mejorando así la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras.