Reivindica el “peso” de España en la UE, destaca la sintonía con la administración Biden y llama a evitar crisis diplomáticas por el Covid
MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
El nuevo ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha tomado este lunes posesión de su cargo con un discurso en el que ha apostado por “reforzar las relaciones con Marruecos, gran amigo y vecino del Sur” y ha lanzado el mensaje de que España es un país seguro para recibir turistas extranjeros este verano.
Tras recibir la cartera de manos de la ministra saliente, Arancha González Laya, el hasta ahora embajador en París ha agradecido la confianza depositada en él por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con cuyo proyecto ha dicho estar en plena sintonía.
Entre las prioridades que se ha fijado para su nueva tarea, ha mencionado la necesidad de “reforzar las relaciones especialmente con Marruecos”, recalcando que es “gran amigo y vecino del Sur”, aunque no ha hecho alusión expresa a la reciente crisis con este país. También ha subrayado la necesidad de “ofrecer seguridad” y “hacer frente a los movimientos migratorios”, para lo que, ha dicho, “hay que trabajar con nuestros aliados y amigos”.
“Hay cosas que podemos hacer solos dentro del ministerio, pero tenemos que trabajar en equipo con otros ministerios”, ha dicho, antes de subrayar que “hay que explicar al mundo que España es un lugar seguro para poder venir a pasar el verano”. En este contexto, ha señalado que nuestro país “está a la cabeza del mundo en cifras de vacunación”.
“VUELVO A CASA”
Albares acoge su nueva responsabilidad “con mucha emoción” porque vuelve “a casa” por partida doble, a Madrid y al Ministerio de Exteriores. “Soy uno de vosotros, un funcionario del servicio exterior”, ha dicho a las 5.500 personas que lo integran y destacando que “no hay más honor para un español y además diplomático que representar a España en el exterior”.
Por ello ha agradecido el nombramiento al presidente del Gobierno, al que conoce “bien” y del que ha aprendido desde que empezó a asesorarle cuando se hizo con el liderazgo del PSOE. “Comparto plenamente su proyecto político, sus objetivos, valores e ideales”, ha declarado.
Albares asume que desembarca en Exteriores en momentos “muy difíciles” por la crisis del coronavirus y ha avisado de que ésta puede derivar en un “crisis diplomática” si no se gestionan bien los “desequilibrios” que pueden producir la propia pandemia y la gestión de la vacuna.
HAY UNA COSA BUENA: SOMOS ESPAÑA
“Pero hay una cosa buena, que somos España”, ha proseguido, llamando a tener “claro desde el primer momento” que somos un país “que tiene voz y peso en Europa”, ensalzando la efectividad con la que la UE ha respondido a la crisis sanitaria, social y económica y subrayando que “hay que dar lo mejor” en la Presidencia española de la Unión prevista para 2023.
También ha animado a enfrentar los retos que hay por delante con la “impronta” que implica la “forma de ser y estar en el mundo” de españoles e iberoamericanos y a que el español de “oiga con fuerza en el mundo” y “penetre en todos los ámbitos” porque es la lengua materna de casi 500 millones de personas.
Además, ha destacado la condición de país mediterráneo –instando a reforzar las relaciones especialmente con Marruecos, así como el Sahel y África Occidental–, pero también atlántico subrayando la misma “visión del multilateralismo, los valores y el progreso” que comparten la Administración Biden y el Gobierno de España.
“En esto tenemos que trabajar”, ha apuntado, pidiendo también encontrar “la mejor forma de trabajar” con China, India y Rusia en un contexto en el que ni siquiera el país más poderoso puede trabajar solo. “A los españoles no les pueden ir bien las cosas dentro si nosotros hacemos bien las cosas fuera”, ha aseverado.
También ha dicho que el “ejemplo de España en la lucha contra el cambio climático y la igualdad de género” deben ser “la norma en el mundo” y ha presumido de la democracia española y su modelo “casi único” de descentralización. “Tenemos que presentarnos en el mundo como somos, la tarea es vasta, manos a la obra”, ha concluido.
El nuevo ministro no ha nombrado a su antecesora porque ha querido hacerlo después de forma “solemne” para agradecer a “Arancha” su labor, “en las circunstancias más difíciles que se puedan imaginar”. “Si me lo permites, hago ya mi primer nombramiento honorífico, te nombro asesora mía”, ha concluido.
MOMENTO “AGRIDULCE” PARA LAYA
Por su parte, la ya exministra de Exteriores ha deseado suerte a su sucesor y ha reconocido que el acto de traspaso de poderes era para ella “agridulce”. “Dulce” por los “muchos logros” que se ha anotado el ministerio en un periodo “corto” y “tremendamente lastrado” por la crisis del Covid-19 y “amargo” por las tareas que no ha podido culminar.
En el ‘debe’ ha incluido el “restablecimiento” de unas “relaciones plenas” con el “vecino y socio Marruecos, desde el “respeto y la corresponsabilidad”, la reforma del sistema de cooperación al desarrollo, y el nuevo Reglamento de la Carrera Diplomática, que deja casi listo.
Laya ha dejado Exteriores tras 546 días, con agradecimientos a Sánchez y recordando que llegó al cargo cuando ya acumulaba “más de 20 de servicio público internacional”. “Dejo el puesto, pero mantengo firme el compromiso de servicio público”, ha enfatizado.
Entre sus logros ha citado el plan de recuperación y la estrategia de vacunación europeas, el “principio de acuerdo sobre Gibraltar” que podría suponer “el derribo de la verja” a final de año y la celebración de la última Cumbre Iberoamericana.
También sus 15 visitas a países africanos para mejorar en cuestiones como la lucha antiterrorista, la migación o la diplomacia económica, la Cumbre de la OTAN, que tendrá lugar el año que viene en España y la nueva sede del ministerio que ella “desgraciadamente” ya no tendrá oportunidad de “disfrutar”.
TOMARSE MÁS EN SERIO EL FEMINISMO
Además, ha sacado pecho por la estrategia de diplomacia feminista y por la “mejora y participación de las mujeres en los puestos de responsabilidad del ministerio”. “Si el feminismo es nuestra causa, no los tenemos que tomar un poquito más en serio”, ha deslizado.
Laya se ha responsabilizado de todos los “errores” que haya podido cometer, pero ha colectivizado los logros en todo el ministerio. Su tarea, ha dicho, ha sido en “defensa” de los intereses del país y ha intentado ser “un contrapunto a la pobreza y vacuidad de una gran parte del debate público”. En esta línea, ha denostado “el ruido mediático generado no siempre con las mejores intenciones”.
“Es el momento de salir de la escena”, ha indicado, antes de pasar el testigo a su sucesor al que ha deseado “lo mejor” y prometido “lealtad y apoyo”. Pero antes de entregar la cartera de ministro a Albares, González Laya ha citado al cantante Robin Williams: “No regrets (nada de arrepentimiento) de haber elegido el servicio público en España”. “Seguro que nuestros caminos volverán a cruzarse pronto”, ha apostillado.
Al acto, que ha tenido lugar en el Patio Juan Sebastián Elcano del Palacio de Santa Cruz, se han acercado la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz; el nuevo responsable de Presidencia, Félix Bolaños, y el titular de Interior, Fernando Grande Marlaska.
También han acudido a arropar al nuevo jefe de la Diplomacia española el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero; la exvicepresidenta económica Elena Salgado; la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González; el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, y la presidenta de Red Eléctrica y ex ministra de Vivienda, Beatriz Corredor.
Asimismo, han asistido al traspaso de carteras los extitulares de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja (UCD) y los ‘populares’ Ana Palacio y Josep Piqué.