MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
Allianz Global Investors (GI) ha comunicado este jueves que su negocio de deuda y capital riesgo de infraestructuras ha superado los 50.000 millones de euros bajo gestión, lo que representa más del 50% del volumen destinado a mercados privados por parte de la entidad.
La firma ha detallado en una nota de prensa que en los últimos cinco años el capital destinado a infraestructuras en Allianz GI ha crecido desde los 28.200 millones de euros a los 51.200 millones, habiendo realizado la división de mercados privados más de 200 inversiones en más de 50 países.
Entrando al detalle, el equipo de deuda de infraestructuras ha realizado inversiones globales por un total de 25.000 millones de euros, en tanto que en el ámbito de la renta variable no cotizada la gestora cuenta con más de 28.000 millones de euros de activos bajo gestión.
Además, la entidad también invierte en fondos de renta variable de infraestructuras desde 2016 y, el pasado año, lanzó su estrategia de inversión en fondos de deuda de infraestructuras con el foco puesto en la transición energética.
De su lado, el director de inversiones de deuda de infraestructuras, Claus Fintzen, ha aducido que las infraestructuras están “bien posicionadas” para hacer frente a una incertidumbre que persiste en 2024.
En su opinión, un enfoque dinámico y disciplinado que ayude a cubrir las carteras frente a la volatilidad resulta clave para los inversores en deuda de infraestructuras a largo plazo, cuyo papel será crucial en la financiación de la transición energética.
Los responsables de infraestructuras de Allianz Capital Partners, Andrew Cox y Michael Pfennig, han acompasado con el pronóstico de que tras un 2023 poco activo en cuanto a fusiones y adquisiciones, las expectativas de valoración “empiezan a alinearse y esperamos ver oportunidades atractivas en los próximos años”.
Por su parte, los gestores de infraestructuras, transición energética y deuda privada mundial, Kulbhushan Kalia y Alexander Schmitt, han agregado que el sector se verá favorecido en 2024 por unos vientos de cola regulatorios que serán más fuertes y unas rentabilidades ajustadas al riesgo que “seguirán siendo muy atractivas”.