BRUSELAS, 20 (EUROPA PRESS)
La Comisión Europea espera que una parte de los 3.000 millones de euros que se estima obtener en 2024 de los beneficios extraordinarios generados por los activos del Banco Central de Rusia inmovilizados en Europa puedan empezar a utilizarse a partir de julio para apoyar militarmente a Ucrania, tras dos años de debate sobre la base legal para utilizar estos recursos.
Así lo han explicado fuentes comunitarias en relación a las dos propuestas de Bruselas para determinar las normas de recaudación de la contribución financiera sobre estos ingresos en beneficio de Ucrania y que prevén que los recursos estén disponibles a partir de julio de 2024, con pagos bianuales, si el Consejo las adopta “rápidamente”.
Como ya apuntó este martes el Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, el plan de Bruselas es utilizar el 90% de los beneficios generados para nutrir el Mecanismo Europeo para la Paz, mientras que el 10% restante se canalizará a través de la ayuda a Ucrania dentro del Marco Financiero Plurianual (MFP) de la UE para reforzar la industria de la Defensa de Ucrania.
La utilización de estos dos mecanismos garantizará, según fuentes comunitarias, que el dinero pueda transferirse a Ucrania “cuanto antes” para dar respuesta a sus necesidades “más acuciantes”, que actualmente son de índole militar, aunque estas cuotas podrán revisarse en base a la evolución de las necesidades del país.
El porcentaje de la contribución financiera será del 97% de los beneficios netos que resulten de la inmovilización de activos del Banco Central de Rusia, mientras que el 3% restante lo retendrán los Depositarios Centrales de Valores (DCV) –después de aplicar impuestos– para garantizar la eficacia de su trabajo.
No obstante, dado que los DCV que tengan activos del banco central ruso por encima de un millón de euros están “en el punto de mira”, por el momento, la empresa belga de servicios financieros Euroclear es la única sujeta a estas disposiciones.
También se permitirá a los DCV retener provisionalmente el 10% de la contribución a modo de “colchón” para hacer frente a sus requisitos de gestión de riesgos, que deberá utilizarse exclusivamente para cubrir los gastos en los que pueda incurrir debido a la guerra en Ucrania.
Pese a los pleitos por la inmovilización de activos rusos, fuentes europeas afirman que Bruselas no espera más litigios en relación con esta propuesta, ya que impone obligaciones financieras a una empresa europea, lo que deja fuera a otras partes interesadas.
La propuesta también prevé que si esos fondos retenidos por el DCV finalmente no se utilizan, se transferirán a Kiev, a más tardar, cuando Rusia cese su guerra de agresión contra Ucrania y finalice la inmovilización de activos.