MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
La Asociación Española del Gas (Sedigás) ha advertido de que la Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios aprobada por el Parlamento Europeo “no contempla en ningún caso la prohibición de las calderas de gas ni establece la obligatoriedad de sustituirlas por bombas de calor u otras alternativas electrificadas”.
El Parlamento Europeo ha adoptado este martes el texto de la nueva Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios que seguirá ahora su procedimiento legislativo ordinario y será ratificada por el Consejo.
En un comunicado, la patronal gasista, que reitera “la necesidad de contar con el sector gasista español para lograr la descarbonización de la demanda térmica residencial”, aclara así que la Directiva aprobada únicamente contempla “la necesidad de reducir progresivamente el uso de combustibles de origen fósil en la climatización de los edificios hasta su sustitución en el horizonte temporal de 2040”.
Asimismo, la directiva establece que, a partir del 1 de enero de 2025, se limitarán las ayudas directas o subvenciones para la adquisición o renovación de tecnologías que emplean combustibles fósiles en los edificios de viviendas, con la excepción de aquellas adjudicadas antes de 2025.
Así, Sedigás subrayó que “en ningún caso limita, mucho menos prohíbe”, la instalación de estas tecnologías cuando estén preparadas para utilizar energías renovables como el biometano o el hidrógeno renovable, ambos gases renovables.
De esta manera, la patronal insta a todas las partes interesadas, incluidas las autoridades nacionales y la Unión Europea, a fomentar un marco que “promueva activamente el uso de todas las tecnologías disponibles para la descarbonización de la calefacción en los hogares”, ya que estimó que la transición hacia una economía baja en carbono y el acceso a opciones de calefacción sostenibles “deben ser inclusivas, considerando la diversidad del parque de viviendas existente en Europa y, más concretamente en España”.
En este sentido, ha advertido de que considerar la electrificación como vía única de descarbonización “va contra la transición energética, dada la imposibilidad de muchas familias de acceder a esas otras opciones de calefacción debido a limitaciones económicas y a las características técnicas de las viviendas”.