MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
Metro de Madrid ha firmado un acuerdo con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el Instituto de Crédito Oficial (ICO) para financiar la compra 80 nuevos trenes destinados al suburbano, con créditos por valor de 820 millones de euros.
De esta forma, el importe de los créditos cubrirán un alto porcentaje del coste del proyecto de renovación de la flota de trenes, con 820 millones de los 1.028 millones de euros que se prevé invertir en la compra de los convoyes, el 79,7%.
En concreto, la financiación otorgada por el BEI asciende a 470 millones, lo que sufraga un 50% de la compra del nuevo material móvil, mientras que la participación del ICO se sitúa en 350 millones, lo que cubre el 38% del proyecto.
En un comunicado, las partes han remarcado que ambas operaciones permitirán a Metro afrontar la citada renovación en el suburbano y aumentar así la calidad del servicio a los usuarios, además de apoyar el transporte sostenible, contribuir a reducir las emisiones de CO2 y aumentar la calidad de vida y los servicios en la región.
En concreto, Metro comprará 80 nuevos trenes por un importe total de uno 1.028 millones de euros, de los cuales 40 serán unidades de gálibo estrecho y circularán por la Línea 1 (Pinar de Chamartín-Valdecarros), que ha sido recientemente reformada. El contrato de licitación es de 432 millones de euros (IVA excluido).
Los 40 restantes, de gálibo ancho, darán servicio a las líneas 6 (circular), 8 (Nuevos Ministerios-Aeropuerto T4) y 11 (que está siendo ampliada para conectar el norte y sur de la capital). De ellos, 33 serán para sustituir unidades existentes y los siete restantes para hacer frente al aumento de la red de Metro previsto. El importe de licitación es de 480 millones de euros (IVA excluido).
La Comunidad de Madrid aprobó a finales de septiembre aumentar el endeudamiento de la empresa pública hasta 1.378 millones de euros para llevar a cabo esta adquisición en el suburbano madrileño, una de las más importantes que ha llevado a cabo la compañía.
Metro prevé que en el plazo aproximado de un año se pueda llegar a la firma de los contratos correspondientes con las empresas que resulten ganadoras de los concursos y se comenzará entonces con el proceso de fabricación de los convoyes, con la previsión de que los primeros trenes de esta operación puedan comenzar a circular en Metro a finales de 2026.
CARACTERÍSTICAS DE LOS TRENES
Se trata de 40 trenes monotensión de gálibo ancho y electricidad a 1.500Vcc y otros 40 trenes bitensión 600 Vcc-1500 Vcc de gálibo estrecho. Todos ellos estarán compuestos por seis coches, de los cuales cuatro serán coches motores y los otros dos serán coches remolques, en composición continua con pasillos de intercomunicación entre coches y una cabina de conducción en cada coche extremo de la composición.
Asimismo, los trenes cumplirán todos los estándares de accesibilidad, calidad y confort y se fabricarán con la posibilidad de incorporar en un futuro la tecnología destinada a la conducción automática, lo que no supone un sobrecoste.
En este sentido, el diseño, fabricación, operación y mantenimiento del nuevo material móvil se basará en criterios de sostenibilidad, considerando cualquier solución técnica o estética desde su posible impacto sobre el medioambiente. Precisamente, uno de los puntos fundamentales en la concesión por parte del BEI y del ICO de esta financiación ha sido que los trenes a adquirir por parte de Metro cuentan con la tecnología más avanzada y con grados de eficiencia energética muy elevados.
Asimismo, esta operación permitirá también una redistribución más eficaz del parque móvil con el que cuenta Metro actualmente en el resto de líneas, lo que permitirá aumentar la capacidad de transporte de toda la red. Además, se retirarán de la circulación los modelos más antiguos, por lo que todo el material que circule por la red tendrá una mayor fiabilidad.
En concreto, con su llegada, se retirarán de la circulación los modelos más antiguos, como las series 2000 CBTC o 5000, por lo que todo el material que circule por la red tendrá una menor probabilidad de sufrir incidencias.
En un primer momento serán en conducción protegida con maquinista, es decir, semiatomática, aunque se prevé que a lo largo de su vida útil puedan pasar a una explotación sin tripulación. El objetivo es poder prestar u servicio de calidad con trenes seguros y eficaces, que cumplan con los estándares de accesibilidad, calidad y confort, de acuerdo a un modelo sostenible de transporte.
Así, el diseño, fabricación, operación y mantenimiento del nuevo material móvil se basará en criterios de sostenibilidad, considerando cualquier solución técnica o estética desde su posible impacto sobre el medioambiente y el confort, así como minimizando el coste a lo largo de su ciclo de vida: reducción del consumo energético, de los costes de mantenimiento (balance adecuado de uso de repuestos) y todos aquellos parámetros que condicionan dicho coste.
Además, se reducirán las emisiones de CO2 mediante la introducción de nuevos refrigerantes. Con estos nuevos trenes también se permitirá una mayor eficiencia energética y conseguir una mayor capacidad de transporte público. Por otra parte, contribuirán a aumentar la calidad del servicio que reciben los ciudadanos, ya que las nuevas unidades de material móvil ofrecen unas prestaciones superiores a muchas de las que hay actualmente en circulación.
Igualmente, esta modernización también tiene como fin aumentar la calidad del servicio que reciben los ciudadanos, ya que las nuevas unidades de material móvil “ofrecen unas prestaciones superiores a muchas de las que hay actualmente en circulación”.
Según los firmantes, el proyecto promueve las inversiones a largo plazo en transporte sostenible,en una operación ligada a la prioridad de política pública del Grupo BEI ‘Ciudades y regiones sostenibles’, y enmarcada dentro de la Estrategia 2022-2027 del ICO que prioriza la financiación de proyectos que generan impacto social y medioambiental positivo. Además, favorece un cambio modal hacia el transporte público y contribuye a la reducción de la congestión en el tráfico rodado y la polución atmosférica.