MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
La falta de recursos para la supervisión bancaria fue una de las causas de la crisis bancaria de primavera, que afectó a cuatro bancos en Estados Unidos, y también a uno en Suiza, según se recoge en un artículo elaborado por expertos del Banco de España y publicado hoy en la Revista de Estabilidad Financiera de otoño de 2023.
El artículo, firmado por José Alonso, Rebeca Anguren, Mª Cruz Manzano y Joaquín Mochón, realiza un repaso por la crisis que se produjo entre el pasado mes de marzo y el de mayo con la autoliquidación de Silvergate Bank, la resolución de Silicon Valley Bank, Signature Bank y First Republic Bank, así como la venta de Credit Suisse a UBS, y afirma que se trata de un recordatorio de la “rapidez” con la que se pueden suceder las crisis bancarias.
Sobre el funcionamiento de la supervisión, señala que los supervisores de las entidades afectadas “habían detectado las debilidades” de los bancos, a pesar de lo cual “no actuaron con la suficiente rapidez” por la lentitud y, en algunos casos, ineficiencia, de los procesos supervisores internos de escalada en la toma de decisiones y por la ausencia de medidas supervisoras suficientemente efectivas.
En el caso concreto de las entidades estadounidenses, recoge el análisis de las autoridades supervisoras, que afirmaron en algunos casos “no disponer” de recursos humanos suficientes para realizar sus tareas.
Además, los expertos del Banco de España señalan que la organización y estructura de la supervisión en Estados Unidos es “algo compleja” y comprende distintas autoridades supervisoras estatales y federales, lo que quizá, “en algún caso, podría haber ralentizado la toma de decisiones”.
Explican que en Estados Unidos los bancos pueden optar por obtener una licencia estatal o federal, sin que ello limite su ámbitode actuación. Bajo este esquema, las entidades bancarias estarán bajo la supervisión de la autoridad que les ha concedido la licencia: la Oficina del Controlador de la Moneda (OCC), si la licencia es federal, o, si la licencia es estatal, la autoridad del Estado que concede la licencia más un supervisor federal, que puede ser un banco regional de la Fed o la Corporación Federal de Seguros de Depósitos.
Asimismo, el artículo indica que en Estados Unidos la intensidad y aplicación de la supervisión se basa en el tamaño, lo que supone una supervisión “más laxa” de las entidades objeto de la crisis.
“Todo ello supuso una falta de visión supervisora global y de un enfoque más prospectivo del modelo de negocio y de la gestión de riesgos de las entidades supervisadas”.
Al respecto, los autores señalan que el enfoque de EEUU es “opuesto” al de la eurozona, donde la regulación se aplica a todas las entidades sin diferenciación por tamaño, lo que supone que entidades de menor tamaño estén sujetas también a los requisitos acordados por el Comité de Basilea, incluyendo los estándares de capital y liquidez.
“La homogeneidad en las exigencias provoca que, en la zona del euro, las entidades menores estén mejor preparadas frente a posibles períodos de estrés de lo que lo están en Estados Unidos”, afirman.
ÁREAS DE MEJORA DE LA SUPERVISIÓN
Así, el supervisor bancario español señala algunas áreas de mejora en cuanto a supervisión, como es que esta debe ser “homogénea”, independientemente del tamaño de una entidad, aunque debe adecuarse al tipo de negocio que realice cada banco, teniendo en cuenta criterios de proporcionalidad y de consistencia.
Además, debe contar con suficientes recursos supervisores adaptados al “complejo marco actual”, en el que han aparecido nuevos activos y negocios, como fintech, criptoactivos y relaciones con intermediarios no bancarios.
Indica que estos recursos deben permitir tanto el análisis en profundidad de determinados riesgos como un “adecuado” equilibrio entre supervisión presencial y a distancia, puesto que la supervisión “requiere verificación ‘in situ’ de los sistemas de gestión de datos, los procedimientos e infraestructuras y la cultura corporativa de las entidades”.
Igualmente, el Banco de España pide prestar atención a la concentración de actividades y operaciones en determinados sectores y actividades, y que se analice la sostenibilid de los modelos de negocio de los bancos, que se valoren la gobernanza de los mismos y su planificación de liquidez y capital.
CREDIT SUISSE
En el caso de Credit Suisse, el Banco de España señala que se trata de una entidad considerada de importancia sistémica, por lo que su supervisión se ha enfrentado a “mayores complejidades” que las existentes en entidades de tamaño medio, como las estadounidenses.
Por ello, el supervisor español cree que es conveniente profundizar “a escala global” en el análisis de las necesidades supervisoras y en los recursos y herramientas de supervisión disponibles. En este sentido, el Consejo Federal suizo (SFC) anunció en marzo de 2023 una revisión general del marco sobre entidades ‘too-big-to-fail’ (expresión que significa ‘demasiado grande para fallar’, en español), así como la creación de un grupo de expertos independiente para analizar esta cuestión.
“El grupo presentó como recomendación la necesidad de dotar al supervisor financiero suizo de las herramientas necesarias para asegurar una gestión apropiada de la liquidez (asegurar que se deposita suficiente colateral en el Banco Nacional Suizo para garantizar el acceso a la liquidez) y la capacidad para intervenir de modo preventivo antes de alcanzar el punto de no viabilidad”, recoge el artículo.