MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
Sumar ha registrado una batería de preguntas en el Congreso para conocer si el Gobierno tiene previsión de recuperar el tren nocturno que conectaba España y Portugal, un servicio que fue suspendido por la pandemia de Covid-19 y todavía no ha sido repuesto.
Los diputados de la formación Júlia Boada y Fèlix Alonso apuntan en el documento, consultado por Europa Press, que la restauración de este servicio nocturno “es algo que esperan numerosos ciudadanos en ambos lados de la frontera hispano-lusa”.
En concreto, dicen que diversos colectivos, plataformas, partidos políticos y autoridades portuguesas y españolas son “firmes partidarias” de recuperar esta conexión ferroviaria. Sin embargo, y a pesar de haber instado “recurrentemente” tanto al Gobierno como a Renfe a restablecer el servicio, todavía no ha habido éxito.
Boada y Alonso defienden que el servicio nocturno de trenes entre España y Portugal no sólo tendría beneficios medioambientales al disminuir el uso del avión, sino que también redundaría en la mejora de las relaciones económicas y comerciales con el país vecino.
IMPULSO EN EUROPA
También advierten de que España está quedándose atrás en la apuesta europea para el impulso del transporte ferroviario de pasajeros, sobre todo en un escenario en el que numerosos países están impulsando los trenes nocturnos, como es el caso de Francia con el que une las ciudades de París y Niza; en la conexión entre Bratislava (Eslovaquia) y Split (Croacia); o el que une Berlín (Alemania) con Bruselas (Bélgica).
A juicio de los parlamentarios catalanes, esta situación española podría verse corregida con la recuperación del conocido como Lusitania, tren nocturno que conectaba Lisboa con Madrid y el Surexpreso, que conectaba Lisboa con Hendaya y con el resto de Europa.
Por todo ello, preguntan al Ejecutivo si tiene previsto recuperar el tren nocturno y, si así es, qué plazos está barajando. Si por el contrario no se considera posible esta opción, los diputados de Sumar quieren saber las razones que llevan al Gobierno a “desestimar una forma de viajar con menor huella de carbono”.