MÉRIDA, 3 (EUROPA PRESS)
La organización agraria UPA-UCE Extremadura ha calificado de “catastrófica” la cosecha de castaña en esta campaña, que ha registrado una caída de la producción de casi el 40% con respecto al ejercicio anterior, una situación que achaca en gran medida a “los efectos del cambio climático” que han hecho mucho daño a las zonas productoras”.
“La sequía que vivimos, con largos periodos de altas temperaturas, unido a las lluvias posteriores han favorecido la aparición de hongos, principalmente en la zona de Piornal y Barrado”, ha lamentado UPA-UCE, que añade que esta situación ha provocado “el rajado con la consiguiente escasez del fruto”.
En nota de prensa, la organización agraria señala que se están “notando las consecuencias de un cambio climático cada vez más acelerado y perverso para el castaño”, que según apunta, “no solo merma las cosechas, sino que compromete la supervivencia del medio rural, afectando tanto a productores como a empresas recolectoras y transformadoras de Extremadura”.
En ese sentido, el productor de siete variedades de castañas en Navaconcejo Jorge Bermejo, ha coincidido en que se trata de una “campaña complicada”, con mucho fruto que se ha tenido que dejar en el árbol sin recoger por la aparición de hongos y enfermedades.
Este agricultor destaca que las lluvias han provocado mucho más rajado que otros años, “lo que devalúa el precio de la castaña y hace que la cosecha sea escasa”, por lo que calcula que perderá en torno a un 20% de su producción en esta campaña, en la que “los árboles no han cuajado de castaña debido a la sequía y porque hubo un corte de sabia con las lluvias de primavera”.
Además, UPA-UCE añade que la presencia de la avispilla sigue causando mermas en la producción y en los ingresos de los productores de castañas, por lo que “un año más, esta plaga ha dañado el castaño y el fruto”.
Ante esta situación, UPA-UCE reclama a las administraciones que actúen y aprueben líneas de apoyo dirigidas hacia la investigación y tratamientos de las plagas de las enfermedades, así como para el mantenimiento de la renta de los agricultores.
“Este sector necesita garantías de futuro por los beneficios que aporta desde el punto de vista medioambiental, económico y del mantenimiento de población en zonas de montaña de la región”, concluye la organización.