MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha insistido en que los altos niveles de inflación y su lenta moderación en los países ricos requerirá mantener los tipos de interés “más altos por más tiempo” hasta que haya “pruebas tangibles” de que regresando al objetivo del 2%, algo que, también, evitará un recrudecimiento monetario posterior que induzca una reevalución “aguda” de los activos financieros.
El organismo con sede en Washington ha subrayado este martes en su ‘Informe sobre Estabilidad Financiera Global’ la importancia de “ajustar” la política monetaria a las circunstancias de cada país y el papel “crucial” de la comunicación por parte de los institutos emisores.
De su lado, la situación en los países emergentes apunta a que el proceso de desinflación “parece encontrarse más avanzado”, si bien hay discrepancias entre regiones y algunos estados acusan “estrés de deuda” y dificultad de acceso a financiación externa. El FMI ha asegurado que, en su caso, los bancos centrales deben ser “cautos” y no bajar tipos demasiado rápido.
El FMI ha destacado que el optimismo en torno a un “aterrizaje suave” de la economía ha impulsado una reevaluación del riesgo de los activos desde el anterior informe de abril. No obstante, un cambio “súbito” en las perspectivas de política monetaria fruto de “sorpresas” en los datos de inflación podrían conducir a una potencial revisión “aguda” de tales apreciaciones.
“La sincronización de la política monetaria mundial está empezando a desvanecerse. Esto tiene implicaciones potenciales para los precios de los activos, la exposición de los inversores entre países y clases de activos, y la volatilidad de los flujos de capital”, ha resumido la entidad que preside Kristalina Georgieva.
Asimismo, el FMI ha reconocido que, aunque los episodios de estrés bancario se han disipado, aún persisten entidades problemáticas en algunos países. En el caso de un endurecimiento “brusco” de las condiciones financieras, podrían desencadenarse circuitos de retroalimentación adversos que pongan de nuevo a prueba la resistencia del sistema financiero mundial.
Además, las instituciones financieras se enfrentan a mayores costes de financiación y a un deterioro de la calidad de los activos que podría provocar pérdidas y reducir los flujos de crédito en la economía. Según el FMI, las entidades que ejecuten estrategias de inversión con un alto apalancamiento al dar por hecho que la desinflación será rápida, podrían verse obligadas a deshacer posiciones si la inflación se mantiene “obstinadamente alta”.
El organismo surgido de Bretton Woods ha sostenido que el ciclo de crédito global ya “ha comenzado a invertirse” a medida que la capacidad para afrontar las deudas cede.
El FMI ha señalado que los precios de la vivienda están cayendo más rápidamente en aquellos países con una proporción mayor de hipotecas variables y que los impagos están creciendo en el mercado inmobiliario comercial. Asimismo, las reservas de efectivo de las empresas están “erosionándose” a medida que crece el servicio de deuda.
“En conjunto, los riesgos para el crecimiento mundial siguen estando a la baja, en línea con nuestra valoración de abril”, ha indicado el FMI, que ha anticipado que una escalada en Ucrania o que los efectos de ‘spillover’ de las dificultades inmobiliarias en China sobre el sector bancario y las administraciones locales del ‘gigante asiático’ podrían afectar a la estabilidad financiera global.
Ante esto, el FMI ha hecho énfasis en la “imperiosa necesidad” de reforzar la regulación y supervisión bancaria para impedir el contagio a instituciones sanas desde aquellas problemáticas. Igualmente, deben “endurecerse” los requisitos de capital macroprudenciales para hacer frente a los riesgos derivados del alza de tipos de interés.
El documento publicado también ha animado a monitorizar las vulnerabilidad del sector inmobiliario comercial para limitar posibles riesgos a las instituciones financieras bancarias y no bancarias.
TESTS DE ESTRÉS
El FMI ha destacado los tests globales al sector financiero muestran que este permanece “mayormente resiliente” en el escenario base del ‘Informe Mundial de Perspectivas Económicas’ de este mes, pero que muchos bancos podrían sufrir pérdidas de capital “considerables” por las valoraciones bursátiles y las provisiones de insolvencia.
Es más, los resultados de estas evaluaciones son “coherentes” con los indicadores clave de riesgo que avisan de que ciertos bancos europeos y americanos están sufriendo “sus mayores niveles de estrés” desde el pasado marzo.
En un escenario adverso caracterizado por una “grave estanflación”, la prueba de resistencia global ha identificado grandes carencias de capital en un amplio conjunto de bancos, incluidas instituciones de importancia sistémica de China, Europa y Estados Unidos.
A finales de diciembre, los principales indicadores de riesgo apuntaban a un grupo “considerable” de bancos pequeños en situación de riesgo en Estados Unidos. En el resto del mundo, los riesgos se concentran en Asia, China y Europa, donde la menor estimación de beneficios y la baja relación precio/valor auguran futuras tensiones.
TRANSICIÓN ECOLÓGICA
Asimismo, el FMI ha estimado que las necesidades de inversión climática en los países en desarrollo y mercados emergentes (EMDE) se incrementarán para 2030 hasta el entorno de los 2 billones de dólares anuales (1,896 billones de euros), para lo que se requerirá, principalmente, de financiación privada.
Esta cifra equivaldrá al 40% de las necesidades mundiales para tal fin, e implicará que las inversiones se tendrán que incrementar al 12% del total de las realizadas en estos mercados, “una subida considerable desde el 3% actual” para cumplir con el ‘cero neto’ en 2050.
De esta forma, el FMI ha subrayado el “rol clave” de la financiación privada para acometer la transformación en estos países, dado su “limitado espacio fiscal en unas condiciones de mercado desafiantes” y por la ausencia de un sector público potente. En consecuencia, para 2030, la financiación privada deberá copar el 80% de estos esfuerzos. En caso de excluirse China, la cifra se elevaría hasta el 90%.
El documento ha enfatizado que los principales mercados emergentes son responsables de más de la mitad de los gases de efecto invernadero, por lo que requerirán de “inversiones de mitigación considerables”. No obstante, estas naciones sí cuentan con acceso a los mercados y, en algunos casos, ellos mismos poseen mercados de capitales bien establecidos.
El FMI ha señalado, precisamente, que China sí dispone de “amplios recursos financieros internos”, con el sector público desempeñando un papel “importante” de financiación de las necesidades de inversión climática a través de entidades estatales.
Por el contrario, los países en desarrollo contribuyen “con menos de un 15% a las emisiones globales”, y, por lo tanto, no precisan de inversiones tan cuantiosas. Sin embargo, carecen de acceso a los mercados y son menos atractivos para atraer capitales privados. Hasta el 40% de los EMDE no cuentan con un ‘rating’ de solvencia o no disponen de calificación siquiera.
El FMI ha recomendado mejorar el atractivo inversor de los EMDE mediante reformas estructurales que brinden mejoras a su situación macroeconómica general, políticas climáticas más ambiciosas, “ayudas sólidas allí donde haya margen fiscal” y encajes creativos de financiación que “potencien el perfil riesgo-beneficio de las oportunidades de inversión”.
Asimismo, la compartición del riesgo entre entidades públicas y privadas, incluidos los bancos multilaterales de desarrollo, “es crucial para atraer más capital privado a los EMDE. A este respecto, el propio FMI ha destacado las posibilidades de su Mecanismo de Sostenibilidad y Resiliencia para este mismo fin.