Los viticultores afrontan pérdidas de hasta 1.200 euros por hectárea en la cosecha más cara y corta de la última década
MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha pedido a la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) que actúe de oficio y realice una “campaña exhaustiva” de inspecciones sobre los contratos de compra-venta de uva de vinificación presentados por lasgrandes bodegas de referencia, según informa en un comunicado.
En concreto, la organización agraria ha denunciado que los precios de la uva ofertados se sitúan claramente por debajo de los costes, incumpliendo la Ley de mejora de la Cadena Alimentaria en un contexto marcado por la subida de los costes de producción para el viticultor y la reducción de cosecha prevista, ya que es la más baja de los últimos 10 años.
De esta forma, dependiendo de la zona y la variedad de uva, los precios presentados recogen bajadas de hasta un 30% respecto a 2022. Con estas cotizaciones, según los cálculos realizados por los servicios técnicos de COAG, un viticultor tipo perdería de media en torno a los 900 euros por hectárea en el caso de uva blanca airén y 1.200 euros en tinta tempranillo.
Los costes de producción se elevan a 0,43 euros/kilo para la variedad blanca airén y 0,52 euros/kilo para la tinta tempranilla, muy por encima de los precios presentados (0,20 euros/kilo para blanca airén y 0,36 euros/kilo para tinta tempranillo).
“Es intolerable que las grandes bodegas se salten a la torera la ley y obliguen a los agricultores a vendimiar a pérdidas. No vamos a consentir ni que haya viticultores que no tengan donde entregar sus uvas, ni que a otros les obliguen a firmar contratos a sabiendas de que sus costes de producción no se cubren con los precios ofertados. Sacar adelante uvas de calidad no se puede hacer a cualquier precio”, ha subrayado el responsable del sector vitivinícola de COAG, Joaquín Vizcaino.
De esta forma, la organización agraria ha desvelado que la semana pasada, una gran bodega, perteneciente al Grupo Rioja, presentó contratos a sus proveedores para que acepten precios de 0,54 euros/kilo para las tintas y 0,60 para las blancas, mientras que la propia Consejería de Agricultura de La Rioja fijó costes de producción medios para 2022 en 0,70 euros/kilo, lo que supone una rebaja del 23%.
Así, COAG ha denunciado esta posición abusiva de la bodega, ya que los viticultores se ven obligados de esta forma a firmar contratos presuntamente ilegales ante la amenaza de tener que dejar sus uvas en las cepas.
En la DO Toro, la oferta de otra gran bodega para la presente campaña, que suele ser el referente para la fijación del precio de compra de la uva para el resto de las bodegas de la denominación según COAG, es de 0,20 euros para la uva de las variedades malvasía y garnacha y de entre 0,37 euros (grupos 3 y 4) y 0,43 euros (grupo 2) para la tinta de Toro, ofreciendo 0,58 euros (grupo 1) por la uva de esta variedad procedente de viñedos viejos, mientras que en la pasada campaña 2022, los precios fueron de 0,30 para malvasía y garnacha, y para la tinta de Toro 0,57 (grupo 2); 0,52 (grupo 3) y 0,72 (grupo 1).
Por su parte, COAG ha denunciado también en Castilla La Mancha, que supone el 50% de la producción vitivinícola nacional, los dos grandes grupos bodegueros de referencia, Félix Solís y Garcia Carrión, han presentado unos precios que “en el mejor de los casos mantienen las cotizaciones del año pasado, pero que en otros se sitúan por debajo”.
En el caso de la variedad blanca airén, para la presente campaña Solís presenta 0,20 euros/kilo, mientras que en 2022 el precio recibido por los productores fue de 0,20 euros/kilo. En la tempranillo con DOP, se reduce seis céntimos por kilo, de 0,42 euros en 2002 a los 0,36 euros presentados para 2023 y en tempranillo sin DOP la bajada es de tres céntimos, de 0,26 euros a 0,23 euros.
A pesar de la menor producción, la tabla de precios presentada por García Carrión repite las mismas cotizaciones que el año pasado en blanca airén y Tempranillo sin DOP, 0,20 euros/kilo.