MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha incidido este lunes en una conferencia en Londres en la importancia de que los responsables políticos sean claros y “efectivos” al hablar no solo de inflación, sino también sobre el clima o las tensiones geopolíticas, ya que sus palabras moldean las expectativas de los ciudadanos sobre estas cuestiones.
Lagarde ha apuntado a “cambios en el panorama de los medios”, como las nuevas tecnologías o las ‘fake news’, que son obstáculos para transmitir a la opinión pública información veraz. Como ejemplo, ha mencionado un estudio que afirma que las mentiras se propagan en la red social X, antigua Twitter, diez veces más rápido que los hechos contrastados.
Asimismo, entre los principales desafíos se encuentran la “competencia constante por la atención” y la “global caída de la confianza [en las instituciones]”.
En este sentido, Lagarde ha afirmado que es clave hacer saber que la inflación es “alta” y que el BCE está comprometido con devolverla al objetivo del 2% a medio plazo para evitar que surja una “dinámica inflacionista autocumplida”, ya que así las expectativas de los consumidores permanecen “ancladas”.
Especialmente, cuando el 60% de las familias aseguraron a principios de año en una encuesta realizada por el BCE que prestan más atención a los datos de inflación de lo que lo hacían en el pasado.
“Transmitir nuestros mensajes de política monetaria al gran público es fundamental para la legitimidad de los bancos centrales independientes en las sociedades democráticas y para la eficacia de la política monetaria”, ha resumido.
Así, la presidenta del BCE ha asegurado que es primordial ser claros, máxime en un mundo más propenso a ‘shocks’ de precios por estar sometido a una “sustancial volatilidad” e inestabilidad.
CAMBIOS DE LENGUAJE
No obstante, ha indicado Lagarde, cuando la inflación se encontraba en niveles bajos, solo los expertos y los mercados prestaban atención al BCE, por lo que podía usar un lenguaje técnico y complejo que se acabó convirtiendo en su “zona de comfort”.
Al haber cambiado las circunstancias, el organismo ha modificado su lenguaje para ‘democratizarlo’ en un ejercicio de “humildad”. Ejemplo de ello es el capítulo introductorio y resumen de sus informes, que, por otro lado, están disponibles en todas las lenguas oficiales de la Unión Europea.
De su lado, con el objeto de ser “transparente” y no “agotar la confianza”, se motivan los posibles fallos cometidos a la hora de elaborar previsiones.
Explicar de forma clara cómo afecta la inflación a la vida cotidiana, por qué es necesario controlarla y el por qué de las medidas adoptadas incrementa la credibilidad del BCE ante la opinión pública “alrededor de un 10%”, ha sostenido.
Además, Lagarde cree que esta nueva comunicación aumenta la presencia del BCE tanto en los medios tradicionales como en las redes sociales y llega mejor a la ciudadanía.