MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
El secretario general de USO, Joaquín Pérez, ha reclamado este lunes la revisión de la jornada laboral completa para ajustarla a la realidad, pues aunque cada vez trabaja más gente en España, lo hacen menos horas.
“Ha llegado el momento de poner sobre la mesa que se acabó la jornada completa de 40 horas semanales”, ha señalado Pérez, quien ha criticado que ante la reducción de horas de trabajo que puede implicar la inteligencia artificial, “siempre se piense en empobrecer a los trabajadores”.
“Si va a haber menos carga de trabajo pero más riqueza, el trabajo debe estar mejor valorado y que esa media de horas, sea 37, 35 ó 32, equivalga igualmente al salario de una jornada completa”, ha defendido el líder de USO.
Según el sindicato, a pesar del récord de afiliados a la Seguridad Social, con 20,8 millones de personas trabajando, hay menos jornadas laborales que hace cuatro años.
Así, a cierre del primer trimestre de este año, las horas trabajadas estaban 77,88 millones por debajo de las de 2019, último año antes de la pandemia.
“Esto quiere decir que las horas de trabajo se reparten entre más gente. Y, por lo tanto, también los salarios. Hay más gente trabajando, cobrando menos”, expone Pérez.
En su opinión, si esta es la tendencia se debe afrontar una redistribución del trabajo y revisar lo que es una jornada completa para ajustarla a la realidad del mercado laboral: que las jornadas laborales son menos aunque haya más trabajadores.
BAJA LA DURACIÓN DE LOS CONTRATOS PESE A AUMENTAR LOS FIJOS
Esta realidad, señala USO, se puede observar también en otros datos referidos al mercado laboral, en el que hace más de un año irrumpió una reforma que pone al contrato indefinido en el centro de las relaciones contractuales.
Para USO, aunque la firma de contratos indefinidos ha crecido “sustancialmente” respecto a antes de la reforma, al pasar del 10% al 44%, la calidad y la estabilidad del empleo no ha cambiado.
“La realidad es que sí han crecido los contratos indefinidos a jornada completa, se han multiplicado por 2,6, pero han crecido más las jornadas parciales y las discontinuas: 3,5 veces más las primeras y por 11,5 se han multiplicado los fijos-discontinuos”, expone Joaquín Pérez.
A su juicio, otro dato “incontestable” de que no ha mejorado la calidad del empleo es el de la duración media de los contratos, que ahora es de 43,91 días, menos de los 52,71 días de hace dos años.
“No vale de nada que se firme un contrato indefinido si se puede rescindir en quince días o en un mes sin mayores gastos y consecuencias. La reforma no acometió el despido ni ha venido acompañada de otros cambios necesarios para mejorar el mundo laboral”, ha subrayado Pérez.
De hecho, USO denuncia que ha aumentado la rescisión de contratos indefinidos en un 70,7% desde abril de 2022 a abril de 2023, con crecimientos en todos los supuestos de baja, aunque los más pronunciados han sido el despido por causas objetivas imputables al trabajador y el pase a inactividad de un fijo-discontinuo, que se ha más que duplicado en un año.
Con respecto a los contratos temporales, Pérez denuncia que tampoco se han revertido los “vicios estructurales” de las relaciones laborales, pues el 40% de los contratos temporales que se firman duran menos de una semana.
“Este cambio de nombres en la contratación ha supuesto una precarización del contrato indefinido no sólo en su duración, sino también en su retribución”, apunta Pérez, que ha añadido que el empobrecimiento medio del trabajador con contrato indefinido “se puede deber a que, en realidad, los indefinidos no lo son”.
Pérez también ha insistido en la necesidad de controlar “el mal uso” de los fijos-discontinuos para que “que no se conviertan en el nuevo comodín de plena disposición”. “Hoy, los supuestos ‘no ocupados’, pero con relación laboral vigente, son ya 507.000 personas. Más del doble que hace un año. Más de medio millón de parados reales que no figuran como tal”, denuncia el sindicato.