La Comisión Europea ha presentado este lunes su nueva estrategia para impulsar la transición ecológica de la economía marítima, con el objetivo de que contribuya los objetivos del Pacto Verde Europeo reduciendo sus emisiones de gases de efecto invernadero, ayude a preservar los ecosistemas de los océanos y fomente la innovación tecnológica.
“No hay Pacto Verde sin los océanos y no hay recuperación verde sin la economía azul”, ha reivindicado el comisario de Océanos, Medio Ambiente y Pesca, Virginijus Sinkevicius, en la rueda de prensa en la que el lituano ha presentado la nueva hoja de ruta de Bruselas para este sector.
La llamada ‘economía azul’ comprende “todas las industrias y sectores relacionados con los océanos, los mares y las costas”, ya sea en el entorno marino (como la pesca o la generación de energía) o en tierra (como puertos o astilleros), según explica el Ejecutivo comunitario.
En 2020, unos 4,5 millones puestos de trabajo en la UE dependían directamente de la ‘economía azul’, que también generaba unos 650.000 millones de euros de ingresos y 176.000 millones de valor añadido bruto en 2018.
La nueva estrategia sustituye a la que Bruselas presentó en 2012 y fija una “agenda detallada” para que la ‘economía azul’, entre otras cosas, reduzca sus emisiones de gases de efecto invernadero gracias a la descarbonización del transporte marítimo y la ecologización de los puertos.
Según los cálculos de la Comisión Europea, una combinación “sostenible” de energía oceánica formada por energía eólica, térmica, undimotriz y mareomotriz flotante “podría genera una cuarta parte de la electricidad de la UE en 2050”.
Otro objetivo de la hoja de ruta es que el sector “culmine” su transición hacia una economía circular, por ejemplo con una revisión de las normas sobre artes de pesca, el reciclado de buques y el desmantelamiento de plataformas en alta mar, así como a través de medidas para reducir la contaminación de las aguas por plásticos y microplásticos.
Además, la estrategia incluye el objetivo ya fijado de que estén protegidos el 30% de los ecosistemas marinos de la UE y además prevé acciones para favorecer la adaptación al cambio climático de las costas, como el desarrollo de infraestructuras ecológicas, la protección frente al riesgo de erosión e inundaciones.
Para financiar la transición, el Ejecutivo comunitario y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) han anunciado que “intensificarán su cooperación” y colaborarán con los Estados miembros para “satisfacer las necesidades existentes de financiación a fin de reducir la contaminación de los mares europeos y facilitar la inversión en innovación azul”.
Bruselas ha animado también a los Estados miembros a incluir este tipo de inversiones y reformas en sus planes nacionales de recuperación, para que puedan ser financiadas por el plan anticrisis de 800.000 millones, y ha recordado que también podrán recurrir al Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura a través de su plataforma BlueInvest.