Vislumbra el final del ciclo de subidas de los tipos de interés de los principales bancos centrales
MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
La economía mundial frenará su ritmo de expansión en la segunda mitad del año como consecuencia del impacto de las condiciones de financiación más restrictivas por la subida de los tipos de interés y el efecto de las recientes turbulencias financieras, según la agencia Moody’s, que anticipa incluso “recesiones suaves” para Estados Unidos, Alemania y el Reino Unido, además de señalar la incertidumbre en torno a la recuperación de China.
“A medida que los tipos de interés de los bancos centrales se acercan a sus máximos para este ciclo en la mayoría de las economías avanzadas y emergentes, los costes de endeudamiento más altos y los préstamos más estrictos ahora están impregnando las condiciones crediticias y frenando la inversión, el consumo y el empleo”, señala Moody’s, advirtiendo de que esto “conducirá a un cambio a la baja en la actividad económica en la segunda mitad del año”.
A pesar del empeoramiento de las condiciones anticipado, la agencia destaca que las principales economías del G-20 han demostrado hasta ahora ser resistentes al ciclo de ajuste gracias a la recuperación en curso tras la pandemia y al reequilibrio de la demanda y la oferta en el mercado laboral y de bienes, así como por la diferente sensibilidad a las subidas de los tipos de interés entre sectores.
De tal manera, las actividades de servicios como los viajes, el turismo y el entretenimiento continúan beneficiándose de la reapertura y la normalización, mientras que el exceso de ahorro acumulado durante la pandemia también ha permitido a los hogares mantener el consumo a pesar de la erosión del poder adquisitivo por la inflación.
Sin embargo, Moody’s espera que el lastre de unas condiciones financieras más estrictas continúe creciendo y eventualmente se amplíe al sector de servicios, debilitando el crecimiento económico general, que podría incluso caer más aún si los bancos centrales se ven obligados a endurecer aún más la política para controlar la inflación.
En este sentido, destaca que los precios más bajos de los alimentos y la energía y los efectos base han aliviado la inflación general al tiempo que la tasa subyacente comienza a estabilizarse, lo que indica que los efectos de segunda ronda están comenzando a desvanecerse, lo que implica a su vez una buena noticia para los bancos centrales.
No obstante, la inflación general y la subyacente se mantienen muy por encima de los rangos objetivos en varias de las principales economías avanzadas y de mercados emergentes, por lo que Moody’s prevé que los bancos centrales mantengan una postura de política monetaria restrictiva hasta 2024.
NUEVAS PREVISIONES DE CRECIMIENTO.
En comparación con sus proyecciones del pasado mes de febrero, la agencia ha revisado ligeramente al alza los pronósticos de crecimiento para este año, mientras que corrige suavemente a la baja los del próximo año.
De tal modo, para el conjunto de las economías del G-20 anticipa una expansión del 2,1% este año, una décima mejor que en febrero, pero recorta en dos décimas la proyección para 2024, hasta el 2,2%, tras mejorar al 0,9% desde el 0,8% el pronóstico para 2023 de las economías avanzadas del G-20 y empeorar una décima la del próximo año, hasta el 1%. Para las economías emergentes anticipa un crecimiento del 3,9% este año y del 4% en 2024, frente al 3,9% y el 4,4%, respectivamente, publicado en febrero.
“Existe una amplia dispersión en las expectativas de crecimiento por país, ya que las fortalezas y vulnerabilidades económicas subyacentes varían significativamente”, apunta la agencia, que prevé un crecimiento muy débil en las principales economías avanzadas, “incluidas recesiones leves en los EE.UU., el Reino Unido y Alemania”, y el estancamiento de Francia e Italia.
No obstante, para el conjunto de 2023, la entidad pronostica que el PIB de EE.UU. crecerá en promedio un 1,1% para desacelerarse al 0,9% el próximo año, mientras que para el conjunto de la eurozona espera una expansión del 0,7% y el 1,2%, respectivamente.
Entre las mayores economías de la eurozona, Moody’s prevé que Alemania no crezca en 2023 y rebote un 1,2% en 2024, mientras que el PIB de Francia aumentará un 0,4% y un 0,7%, respectivamente, e Italia crecerá un 0,8% en 2023 y un 0,4% en 2024.
En el caso del Reino Unido, anticipa una contracción del PIB del 0,1% en 2023, que se recuperará en 2024 con un crecimiento estimado del 0,8%.
FIN DE LAS SUBIDAS DE TIPOS.
Por otro lado, la agencia vislumbra el final del ciclo actual de subidas de las tasas de interés a nivel mundial, ya que la mayoría de los principales bancos centrales han indicado que sus tipos oficiales se acercan a máximos, lo que implica que tanto la proporción de bancos centrales que aumentan los tipos cada mes como el ritmo de las subidas ha disminuido desde el máximo del año pasado.
De hecho, varios bancos centrales han dejado de subir las tasas para evaluar el impacto retardado del ajuste monetario en la economía y la inflación y la propia Reserva Federal de Estados Unidos ha apuntado la posibilidad de pausar sus subidas de tipos, algo que el Banco Central Europeo (BCE) ha descartado por el momento.
A este respecto, a pesar de la desaceleración del crecimiento económico prevista para la segunda mitad de 2023, Moody’s no espera que la Fed comience a reducir la tasa de fondos federales hasta el primer trimestre de 2024.
En el caso del BCE, que ralentizó el ritmo de subidas de tipos de 50 puntos básicos a 25 puntos básicos en mayo, elevando el tipo de interés de los depósitos al 3,25% y el tipo principal de refinanciación al 3,75%, la agencia espera que acometa al menos una subida más, llevando las tasas de depósito y de refinanciamiento principal a 3,50% y 4% respectivamente, antes de hacer una pausa para evaluar el impacto en la economía y la inflación.
“Es poco probable que el BCE reduzca los tipos antes de mediados de 2024, en parte debido al riesgo de otro ‘shock’ en el suministro de energía, especialmente si Europa experimenta un invierno más frío que el año pasado”, añade.
En cualquier caso, la agencia advierte de que pausar las subidas nominales de tipos mientras la inflación se desacelera aún implica un aumento de las tasas reales a corto plazo, por lo que la política monetaria seguirá siendo restrictiva, incluso después de alcanzar las tasas terminales y llevará algún tiempo para que los primeros recortes de tipos conduzcan a tasas más neutrales.
“No pronosticamos un regreso a las tasas de política neutrales a largo plazo para la Fed, el BCE o el BoE hasta algún punto de 2025-26”, concluye.