MADRID, 25 (EUROPA PRESS)
La confianza de los consumidores alemanes ha registrado una mejoría de 1,6 puntos de cara al mes de junio, según el índice elaborado por GfK, que se ha situado en -24,2 puntos, frente a los -25,8 del mes anterior, lo que supone la octava subida consecutiva del indicador.
“La confianza del consumidor no muestra una clara tendencia al alza en la actualidad”, explicó Rolf Bürkl, experto en consumo de GfK, para quien sólo la menor propensión a ahorrar ha impedido el estancamiento de la recuperación de la confianza del consumidor este mes.
“Sin embargo, todavía está por debajo del bajo nivel de la primavera de 2020 durante el primer confinamiento por la Covid-19”, añadió.
Uno de los pilares que soportan la recuperación de la confianza de los consumidores siguen siendo las expectativas de ingresos, que aumentaron en mayo por octavo mes consecutivo, con un avance de 2,5 puntos y situándose en -8,2 puntos.
“El estado de ánimo más optimista se debe principalmente a las expectativas de un crecimiento significativo de los ingresos debido a los aumentos salariales acordados (…) En consecuencia, la pérdida de poder adquisitivo sería menos grave de lo que se temía en un principio”, explican los responsables de la encuesta.
No obstante, advierten de que los consumidores alemanes siguen estando inquietos por el alto coste de la vida, lo que implica que todavía son extremadamente reacios a realizar compras.
Por otro lado, en el mes de mayo las expectativas económicas cedieron algo del terreno recuperado en los últimos meses, con una bajada del indicador de sentimiento económico hasta los 12,3 puntos, ya que los consumidores no están seguros sobre la evolución de la economía alemana en los próximos meses, después de que entrase en recesión en el primer trimestre de 2023, según confirmó este jueves la Oficina Federal de Estadística (Destatis).
De este modo, si bien probablemente se evitará una recesión en el conjunto del año, una reactivación notable de la economía también parece estar muy lejos cuando las medidas del Banco Central Europeo probablemente tendrán un impacto significativo en la marcha de la economía, ya que una política monetaria excesivamente restrictiva por las subidas de tipos “aumentaría considerablemente el riesgo de recesión”, mientras que el objetivo de estabilidad de precios requiere de nuevas alzas de las tasas.