MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
Las centrales nucleares españolas aportaron el 20,26% de la electricidad, que supuso el 31,75% del total de la energía libre de emisiones de CO2 durante 2022, según el informe anual de resultados del Foro de la Industria Nuclear.
Durante la rueda de prensa de presentación del balance de 2022, el presidente del Foro de la Industria Nuclear, Ignacio Araluce, ha destacado que las centrales nucleares produjeron de forma “constante y firme” tras haber operado en base a plena potencia cerca de 8.000 horas y con indicadores de funcionamiento por encima del 90%.
Así, ha añadido que las centrales nucleares suponen el 5,98% de toda la potencia instalada en España. Araluce ha precisado que los siete reactores nucleares generaron 55.983 gigavatios hora (GWh) netos, que suponen el 20,26% de la electricidad del sistema, un dato “esencial” para la generación de energía y para la lucha climática.
Araluce ha asegurado que la nuclear produce casi cuatro veces más que la media de las demás fuentes de generación porque las unidades nucleares están funcionando la mayor parte del tiempo al 100% de potencia, salvo las paradas de recarga programadas con mucha antelación.
OPERAR MÁS ALLÁ DEL CALENDARIO DE CIERRE ESTABLECIDO.
Durante la presentación, el presidente del Foro de la Industria Nuclear ha defendido la necesidad de que el parque nuclear español opere a largo plazo, más allá del calendario de cierre actualmente establecido, en línea con la pauta que están siguiendo “cada vez más países, dado el panorama energético mundial.
De hecho, ha explicado que la industria nuclear española está participando en el “impulso nuclear mundial” como los proyectos de fusión y en el desarrollo de tecnología para los reactores modulares pequeños (SMR). Sin embargo, ha destacado la bajada de España en el ranking de países generadores de energía eléctrica, donde antes ocupaba la primera posición.
El sector nuclear en España también exporta “tecnología de vanguardia, servicios y productos” a más de 40 países del mundo. Junto a esto, Araluce ha afirmado que las empresas españolas de este ámbito apuestan por la investigación, desarrollo e innovación, hecho que, según asegura, provoca “beneficios colaterales” en otros sectores.
“Las unidades nucleares en España están al último grito, perfectas y pueden operar muchos más años a diferencia de lo que está ocurriendo en otras partes del mundo”, ha sentenciado.
La energía nuclear, según ha apuntado en base al Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), es la “tecnología que menos emisiones produce en su ciclo” por delante de la eólica y la fotovoltaica. Por ello, ha insistido en que la industria nuclear “tiene que ser viable” porque es necesaria en la transición energética.
De ese modo, Araluce no entiende por qué la tecnología nuclear tiene que estar “tan penalizada y soportar tanta presión fiscal”.
En ese sentido, ha recordado que España ha fijado el precio de venta para los productores de energía en un 67 euros/MWh, mientras que la Comisión Europea lo mantiene en 180 euros/MWh.
Asimismo, ha asegurado que en abril de 2020 la nuclear vendía la energía al precio de mercado (17 euros) y pagaba el 120% de lo que facturaba, mientras que los propietarios vendían la energía directamente al cliente.
En relación con el Plan General de Residuos Radioactivos (PGRR), Araluce ha señalado la disconformidad de la entidad con este documento por “desechar” actualmente el uso de los almacenamientos temporales centralizados (ATC) por “falta de consenso” y optar por depositar los elementos combustibles en las centrales nucleares hasta el 2073, momento en el que se trasladaría ante la disponibilidad futura de almacenamientos geológicos profundos.
Según ha explicado, el Foro de la Industria Nuclear defiende que la séptima edición de este plan que está próximo a su aprobación, debe garantizar la ejecución de proyectos de almacenes temporales individualizados de capacidad (ATI-1000) ya que, en caso contrario, sería necesario aumentar la capacidad de los almacenamientos actuales al cien por cien antes de 2026 para evitar el cese de actividad en centrales porque “en algunos sitios no hay capacidad de almacenamiento”.