Las categorías de cervezas, bollería o leche líquida concentran sus ventas en España en muy pocos productos, lo que implica que hay una ingente cantidad de referencias ocupando espacio en el lineal y vendiendo menos de lo deseado, según NielsenIQ, que considera necesario poner orden en un surtido que ha crecido sin cesar en los últimos años.
“A lo largo de los años, han aparecido en el mercado una gran cantidad de marcas y productos, como consecuencia de esa competencia entre fabricantes para saciar el apetito de los consumidores por nuevas variedades, productos y experiencias. Pero tanto para los fabricantes como para la distribución, más no es más, sino más bien lo contrario, ya que los fabricantes acaban invirtiendo en producción y espacio en los estantes de las tiendas para productos que no añaden valor, lo cual merma sus márgenes de beneficio y aumenta la probabilidad del fuera de stock”, ha señalado Carmen Velarde, Sales Manager Analytics de NielsenIQ.
Los cambios que la pandemia ha provocado en el comportamiento de los consumidores, obliga también a los fabricantes a reevaluar su surtido.
En primer lugar, según la consultora, hay muchos consumidores que están racionalizando sus presupuestos y se han vuelto más exigentes sobre qué, dónde, cuándo y cómo compran.
El aumento del comercio electrónico y la mayor confianza en plataformas de compra ‘online’ hacen que los compradores visiten las tiendas físicas con menos frecuencia y, cuando lo hacen, van preparados con listas y dedican menos tiempo a buscar en los lineales.
Según NielsenIQ, los argumentos a favor de la racionalización del surtido son “muy sólidos”.
Así, según un estudio de la firma, en los cinco principales países europeos se lanzan diariamente una media de 120 nuevos artículos y el 30% de las innovaciones no reciben suficiente apoyo para desarrollar todo su potencial.
Estudios complementarios de Bain & Company demuestran que una reducción de entre el 10% y el 20% de las referencias puede suponer un ahorro de hasta el 10% en los costes de producción, hasta el 10% en los costes de la cadena de suministro, hasta el 10% en el stock y una optimización de hasta el 5% en los costes de materias primas y embalaje.