MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
El Banco Mundial ha anunciado este martes la concesión de una ayuda de 200 millones de dólares (181,9 millones de euros) a Ucrania para que repare su infraestructura energética, la cual se ha visto severamente afectada por los bombardeos rusos tras el inicio de la guerra.
La financiación provendrá del Fondo Fiduciario de Ayuda, Recuperación, Reconstrucción y Reforma de Ucrania (URTF, por sus siglas en inglés), y dispondrá de otros 300 millones de dólares (272,8 millones de euros) adicionales que aportarán los socios con ayudas y otras contribuciones a medida que el proyecto eche a rodar.
Entre los sistemas a reparar mediante el Proyecto de Restauración de Recursos Energéticos y de Invierno están los de transmisión eléctrica y calefacción. De esta forma, se entregarán equipos como autotransformadores, transformadores de transmisión, protección de relés, calderas móviles, etc.
“Las infraestructuras energéticas han sufrido destrozos por 11.000 millones de dólares (10.003 millones de euros) en el último año, y esta es una de las áreas más críticas donde Ucrania necesita apoyo urgente”, ha dicho directora gerente de Operaciones del Banco Mundial, Anna Bjerde.
OTRAS AYUDAS DEL BANCO MUNDIAL
De hecho, el Banco Mundial ya le concedió en febrero a Ucrania a través del URTF 50 millones de dólares (45,5 millones de euros) para reparar las infraestructuras de transporte y así “apoyar el despliegue de ayuda humanitaria e incrementar la capacidad de las rutas de exportación e importación” del país.
Este fue el segundo paquete de emergencia asignado en dos meses, con el primero, aprobado en diciembre, centrado en reparar centros sanitarios.
Después, el Banco Mundial anunció el 24 de febrero, con motivo del primer aniversario de la invasión, que movilizaría un paquete de 2.500 millones de dólares (2.273 millones de euros) para respaldar a Ucrania y mantener activos los servicios esenciales y las funciones del Gobierno central.
RESPALDO DEL FMI
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó el 31 de marzo una línea de financiación para Ucrania de 15.600 millones de dólares (14.186 millones de euros) como parte de un paquete más amplio de 115.000 millones de dólares (104.575 millones de euros) creado en respuesta a la invasión.
El objetivo de este programa, con una duración de 48 meses, es “mantener la estabilidad financiera y económica en tiempos de excepcional incertidumbre”, así como contribuir a la sostenibilidad de la deuda ucraniana. Este plan recibió el respaldo del G7, la Unión Europea y otros donantes para garantizar la viabilidad del Estado ucraniano a medio plazo.
En la primera parte del programa, previsto para 2023 y 2024, el enfoque estará en “implementar un presupuesto robusto e incrementar los ingresos”, controlar la inflación y la tasa de cambio de divisas, y contribuir a la buena salud financiera a largo plazo mediante un análisis más profundo de las entidades bancarias y asegurando la independencia del banco central.
En cuanto a la segunda fase, esta se centrará más en reformas estructurales para la estabilidad macroeconómica, la reconstrucción postbélica y en reforzar las perspectivas de crecimiento a largo plazo. Estos objetivos deberán alinease con los hitos exigidos para la adhesión de Ucrania a la Unión Europea.